lunes, 28 de noviembre de 2011

Gasómetros

Hace ya un tiempo, viajé al lugar que desde tiempo inmemorial había prometido visitar, para conocer aquel sitio donde hace dos mil años, acordaron enviar a ciertas competentes personas para que buscaran oro en el Occidente Asturiano. Ellos buscaron ese inservible metal que a los pobres nada nos soluciona, dejando al mismo tiempo la imponente sima de la Freita del Palo, en Allande; pero como dolorosas huellas hay muchas de las que quejarse, ésta la disimularon los eólicos con sus aspas.

Poco interesa a los demás aquel épico viaje a Roma, porque al fin y al cabo, este lápiz deja señal en el papel, gracias a helenos y romanos, de los que heredamos la escritura, que a veces, expresa el hondo pesar, sin el falso brillo de la hipocresía.

Allí en esa imperial ciudad, visité lo que el escaso tiempo me permitía ver. En uno de esos desplazamientos por la avenida de la Amistad o la Concordia, hacia San Pablo, Extramuros, vi a mi derecha cinco o seis (no recuerdo bien) enormes gasómetros, a lo largo de el recorrido. En esa remembranza vino a mi memoria el minúsculo tamaño del que se halla en la ciudad de Oviedo, que al parecer, impide la visión de la Catedral. Me imagino que el más pequeño de Roma sobrepase en mucho al de Ovetus, y colocándonos cerca, impedirá desde algún punto, ver la enorme y monumental Basílica del enfermizo Saulo. Sin embargo, allí están todos y estoy convencido, que en Roma, no hablan de derruirlos insensatamente. Menos mal que al de Astura o su capital le designaron un buen uso. Ave gasómetro, la pax contigo.

Haxa salú.

jueves, 25 de agosto de 2011

Erre que Erre

Como se pueden imaginar este título es referido a esa persona que usa la inicial de su apellido para convencer a los reacios de su bonomía. Como animal resabiado, busca su regeneración a través del reclamo de unos adjetivos, como si esto fuera un espejo en el que se reflejara la realidad.

Resulta casi increíble que alguien que lleva tantos años viviendo de la política estuviera callado hasta ahora ¿Por qué razón renuncia a esta cómoda postura? ¿Acaso la regencia en la sombra de los gobiernos no le ha permitido renovar la retorcida manía de un R. Zapatero que se regocijaba engañando a los españoles?

Mire usted, Señor Erre, no soy analista político ni pretendo darle consejos. Parece ser que es usted una buena persona, según sus amigos. Permítame que lo dude. Aquel que tiene soluciones mágicas para los graves problemas que aquejan al país no espera años para regenerarlo; si así actúa no puede ser recto en su proceder. Es más, podría decirle de él que es rastrero, ruin, retorcido, ramplón y vulgar. Puede llamársele ratón o rata por el daño que ocasiona en la oscuridad de los rincones en los que habita.

Es posible que se plantee usted el reto de erigirse en representante de este pueblo que aguanta todo: que le roben, que lo embauquen, que lo traten como rebaño ovino; cuando éste se deja manipular por el reaccionario salvapatrias. Como rojo puede usted persuadir a nostálgicos, ilusos y a todas esas masas que, en algunos casos, adolecen de criterio y creen que usted está contra la banca, el clero y el ejército.

¿ Cómo se puede ser responsable de la ruina del país y decir que se tienen recetas para recuperarlo? ¿Acaso alguien puede creer su reconversión? Me refiero a sus utópicas medidas.

Sé que a usted, como empresario, le preocupan sus obreros. No es para menos ¡Hay tanto recomendado en su compañía! Pero no deseo que recele de ellos: recíclelos, aunque no sean muy eficientes. Siempre se podrán lograr ciudadanos respetables que presten un servicio a la sociedad que les retribuye. Hasta de los residuos ociosos se puede obtener alguna satisfacción.

Como se puede ver soy recalcitrante, terco y por eso sigo erre que erre con mis consejos.

Sr. Erre: da usted un doble perfil como político. Es desafortunada la idea de sus asesores de imagen al escoger como lo más llamativo de su persona vulgares adjetivos, pensando en que la inicial de su patronímico lo reafirmará en el poder. Sea reflexivo. En toda persona que aspire a la regencia de un país, lo que debe destacar es su biografía. Per claro, qué ocurre con la suya en este caso: que la salpican ciertos acontecimientos indeseables: Roldán, Rafael Vera, Filesa, Afinsa, Gal, Corcuera el del P.P. (patada en la puerta), cínicos como Solana, Juan Guerra y todos aquellos que aumentaron o crearon un patrimonio que no tenían. No se puede, Sr. Erre, no se puede presentar semejante tarjeta porque ¡no me diga que no estaba usted en el gobierno!¡Cómo el cardenal Richelieu, que concentraba todo el poder en él! También se parece mucho, Sr. Erre, a Rasputín, en cuanto taimado. Mire usted, Sr. Erre: por mí el tema Requiescat in pace.

No deseo seguir por aquello de que no suelo regodearme con lo malo. ¡ Allá usted y su mala conciencia!

Se despide y le reitera la más enérgica repulsa este “ferreiro” que le mentó algunos adjetivos y apelativos de su cosecha que comienzan con erre. Por cierto, mi DNI también tiene la letra R.

Haxa Salú.

lunes, 1 de agosto de 2011

La Traviata

2 de julio de 2011
LA TRAVIATA
José Mª Naveiras Escanlar

En esta opera de Verdi, aparecen dos personajes principales que son Violeta y Alfredo, que se enamoran locamente. Violeta, es una acaudalada mujer que abandonó a su antiguo novio por su bien amado Alfredo. Se van a vivir a las afueras de Paris, y allí transcurre el romance.

El amor es bello, pero no sólo de amor se vive. Cierto día, Violeta abandona su casa y se va a la capital del Rey Sol a reponer fondos. Allí transcurren varios días. Vende sus joyas, fincas y todo lo que aportara dinero a su maltrecha economía. Alfredo, que desconocía los verdaderos motivos que movían a su amada, y creyéndose engañado por ella, entra en un ataque de celos y piensa en vengarse. Nuestro despechado hombre casi provoca una tragedia, aunque tragedia sí era verse sin dama, amor, dinero y poder. En fin, que no les voy a aburrir a Ustedes con todo lo acaecido; pero la cosa fue grave, bella y da pie a esta historia que se desarrolla en Madrid, y cuyo campo de empeño es todo el país. La Violetera, pueden ser muy bien las Arcas del Astado; y el personaje, encarnando al enamorado en la sombra, un nostálgico y cretino encantador de serpientes; al que le importa un comino su amada; Claro que aunque su homónimo nombre, sea igual al del operístico enamorado, debemos de cambiar sus apellidos, para no caer en el plagio característico. La música es otra. Aparecen también marionetas manejadas por oscuros hilos. No son las voces de los cantantes de ópera, flojas, aflautadas y melifluas como el caso que nos ocupa; pero para los sectarios suena como la voz de encantadoras hadas, que conducen a ricos puestos. El país, o sea, España, es lo de menos.

El libreto de la obra está en castellano; y en el reparto aparecen los siguientes nombres: Violeta; Alfredo P. Rubi-Alcaba, el fariseo, como tenor y otros miembros que forman la compañía. También forma parte del elenco un tal Alfonso, el guerra, que canta de barítono. Con su gracejo andaluz actúa de A. Lerrouse o agitador de masas, plebe o chusma. Va acompañado de un pariente llamado Juan.

En un excepcional escenario aparece en el centro de forma alegórica el Banco de España. A su alrededor, Bancos rojos y de todos los colores emergen sobre las ruinas de las Cajas de Ahorro. Desde el edificio central, se oye la voz de la soprano (Violeta) que con lastimosos lamentos gime al ver como sus caudales disminuyen, mientras tanto banqueros y bancarios, aplauden al ver pasar a sus blindadas cajas fuertes, esos fondos que les dan el poder absoluto. Ellos lo ostentan, y sustentan a los jefes de esa comparsa sin tener en cuenta a la desdichada Violeta. Un gran número de esclavos y desarrapados clama por un mendrugo de pan, pero los actores con desden los ignoran. Al fondo, a la izquierda, pasa casi desapercibido un zapatero que repasa o pretende reparar coturnos para las masas de Lerrouse. En fin, toda una tragedia que nadie quiere ver, porque el “encantador” Rubi- Alcaba, hipnotiza con su voz de hipocresía; en la que los grupos mediáticos convierten en ensordecedora, ahogando las voces de la democracia y la de una sociedad que gime ante la confabulación de los envilecidos en el poder. ¡Dios mío, cuán grande es la comedia de la “Traviata a la española”!

La obra se estrenará el año que viene, pero ya comenzaron los ensayos; a los que se van incorporando figurantes, caciques, empresarios agradecidos y la chusma. Como se puede usted imaginar, también están los corruptos, pero estos son actores secundarios; buena parte de esta “troupe” actúan de tramoyistas, en el teatro de la ópera bufa.


Haxa salú

lunes, 23 de mayo de 2011


22-05-2011
Aunque a mi espalda está el azahar, no estoy aquí por azar. En el barrio de “El Ferreiro” está la planta y, al igual que ella, en él sigo arraigado.
Estoy intentando forjar “na forxa” el letrero de “La Güertona”. Aunque la caligrafía no es del todo mala darle forma al hierro no es tarea fácil.
Grandas, 0110522. La suma de estos dígitos es igual a 11 y como uno más uno es igual a dos y éste por once veintidós, pues eso, que número primo también dos más uno.Escribo esto a las seis de la mañana. No dormía por intentar forjar hierro en la vigilia. Así que, hete aquí que el azar me condujo a la causualidad que la planta de “cidro” no ayuda al ferreiro a dar forma al hierro.
Vuelvo a la cama para que Morfeo me arrulle contando naranjas y limones que salen de la flor que no es azar.
¡Vaya con las flores, a forxa y el ferreiro! Aunque hoy es el gran día de los fementidos, zascandiles e hipócritas que se esconden tras las urnas. Hace tiempo que dejé de creer en ellas.


miércoles, 16 de febrero de 2011

A todos los que me apoyais

Más allá de la política están las personas, y este punto de encuentro entre amigos de distinto signo político siempre ha respetado las ideas de unos y otros. Vuestros esfuerzos a lo largo de estos meses han sido un constante soporte para mi y mi familia. Amigos que me habéis honrado con vuestra confianza, y que habéis dado muchas batallas publicas y privadas denunciando la situación que se ha vivido alrededor de un Museo, que os pertenece. Hoy se ha conocido mi afiliación a Foro Asturias. Pero sigo siendo el mismo Pepe que se siente muy orgulloso de que personas de distintos signos políticos hayan dado la cara por él. A todos ellos, un gran abrazo. Espero que entiendan este paso como una decisión personal que no puede negar lo que nos une. Siempre he creído que hay que comprometerse. Y, a mis años, no voy a cambiar.
Por último, decir a todos que luche siempre por Asturias y no quiero ver como se sigue deteriorando.
Haxa salú