sábado, 30 de enero de 2010

Poema de Carlos Castaño Barroeta

A Jose Naveiras Escanlar, Pepe el Ferreiro. Mas que un ferreiro un alquimista, un Rey Midas, un portentoso perseo;capaz, al mismo tiempo, de decapitar a la Medusa y de trasmutar la humilde madera y el mero hierro en codiciados objeto de museo. Que tu estrella brille siempre en el cielo.

Querido Pepe:sólo tu has hecho
De lo cotidiano, algo eterno;
Del trabajo duro, mensaje tierno.
Orgulloso puedes sacar bien pecho.

Años buscando entre lo maltrecho,
En la canícula, en frío invierno,
Protegido con elegante terno,
Guardando todo bajo férrero techo

Pasa el tiempo, te quieren jubilar.
No saben de tu saber inmenso
Y que eres del pueblo el gran pilar

Crece en Salime clamor intenso
De ver siempre tu figura desfilar
Por TU MUSEO: también así yo pienso.

Con cariño,admiración y respeto de
Carlos Castaño Barroeta, vecino, amigo y galeno, que
pasó de vanidoso doctor de ciudad a
orgulloso medico del pueblo

POEMA DE CARLOS CASTAÑO BARROETA; MÉDICO DE ATENCIÓN PRIMARIA EN GRANDAS

jueves, 28 de enero de 2010

Aquí seguimos

Hola a todos.

Vuelvo a usar el cainzo para estar un poco en contacto con todos vosotros.

Como podéis imaginar, Pepe no dispone de tiempo y sobre todo de ánimo para escribir, pero unido a estas dos situaciones, también está la falta de sus agendas, pluma y demás efectos personales, que quedaron en el Museo y ya sabéis, hoy no le permitieron sacar.

Allí quedaron también todos los testimonios de sus reconocimientos, hasta el último, el de "Libertad de Expresión", que le entregaron el mes pasado.

Esto es el atropello más increíble que se ha visto nunca en una sociedad con "derechos consolidados" en una Constitución.

Se me olvidaba, las visitas al cainzo subieron un 430% pasando a ser unas 800 visitas al día.

Haxa salú

Elena

miércoles, 27 de enero de 2010

Carta abierta

Querido Pepe: no sé cómo comenzar esta carta porque, entre que mi ánimo no es el mejor en estos momentos y el poco don que los dioses me concedieron con esto de las letras, creo no saber hacer un uso correcto de este nuestro cainzo, pero sé que vas a disculparme.

Ya ves que las cartas de apoyo se suceden, y lo que dice cada una de ellas es el pensar de toda gente de bien. Yo por mi parte, también me quiero sumar a todos esas muestras de solidaridad, y recordarte, aunque tú ya lo sabes de sobra, que para mí siempre serás mi jefe, el que me enseñó a querer lo nuestro, lo de siempre; a amar el Museo y cada pieza que allí vive; el que me contó muchas historias de antes, de las que te hacen reír y llorar.

Pero también aprendí a través de tu experiencia, que decir lo que piensas es peligroso, siempre va a haber alguien apostado en una esquina, para recriminártelo, y peor, para usarlo en tu contra en la primera ocasión. Pero como a mí me gusta el peligro, tomaré tu proceder como un ejemplo, y como dijeron en alguna película antigua de esas que tanto te gustan: siempre nos quedará el blog (o eso espero) para seguir contando.

Desde aquí te doy las gracias en mi nombre y en el de muchos amigos que así me lo trasmitieron, por haber creado este magnífico Museo y haberlo gestionado de manera intachable; por recuperar esas tradiciones casi perdidas, esas piezas que teníamos abandonadas y ponerlas en el lugar que le corresponde, por tu honestidad y buen hacer. Y sobre todo, y particularmente, por poder decir a tu nieto que tiene el abuelo más valiente del mundo.

Y para despedirme, les deseo con toda mi alma a todos aquellos que te llevaron a esta situación (que fueron pocos pero muy poderosos), que los hados les hagan pagar este proceder.

Elena

martes, 26 de enero de 2010

Cese efectivo

Hola a todos. Os anuncio que el cese acaba de ser llevado a la práctica así que lo único que nos queda, me parece, es el derecho a pataleta.
Muchas gracias a todos
Elena

Apoyo a Pepe

Hola Blogueros. En este momento Pepe no puede contestar personalmente al aluvión de adhesiones que está teniendo tanto a través de este Blog como del Facebook, pero os agradece enormemente vuestro sincero apoyo.

Como dice Pepe, haxa salú.

Elena

sábado, 23 de enero de 2010

Reservas de la Biosfera

No voy aquí a cuestionar si las reservas de ese nombre están bien o mal. Sólo decir que cuando esos pueblos, que dicen los que los presentan han sido ¿rehabilitados? , y estaban habitados no hacia falta ninguna intervención.

Mediten, mediten sobre esta realidad rural.

Haxa salú

Historia de dos fisgas (1)

Dije que no quería aburrirles con mis relatos sobre los fondos del Museo pero van a disculparme esta tendencia, porque como comprenderán, lo que trato es de documentar éstos. Si además sirven para que su entretenimiento no sea de tedio, mejor que mejor. De todas maneras, si es de hastío lo lamento. Vayan pues estos datos.

Hace bastantes años, un amigo que se llamaba Manuel Lougedo y era conocido como Louxedín de Vilarmayor -ya fallecido- al ver a fisga que yo había expuesto en el Museo, me dijo que en su casa había una. Mejor dicho no en su casa, sino en un pajar-bodega que poseía en Sanmayor. Este lugar está ya muy cerca del río Agüeira, afluente del Navia. Allí había quedado escondida, hacía muchos años, dado que el pescar con fisga estaba prohibido. Como es de suponer, Louxedín me narró la parte de la historia que él desde niño oyera contar a su padre y al abuelo. Se da la circunstancia que un hermano de su padre había emigrado a Cuba a finales del siglo XIX. Después de años en la antillana isla, vuelve este emigrante a su pueblo natal, entre 1925 y 1930. Una noche, después de la cena de los roxois, que se celebra con motivo de la matanza de los cerdos, y muy de madrugada, sale de la casa del vecino donde había sido invitado en compañía de unos amigos. Era al parecer en el mes de diciembre y la luna llena iluminaba toda la aldea. Nuestro personaje obligado a la diáspora, recordó con nostalgia aquellas noches que en su juventud, y acompañado de alguno de aquellos contertulios, bajaban a “sacar” algún salmón al río de Sanmayor, como era conocido en el pueblo; porque los ríos, se conocen en cada lugar por el nombre del pueblo o caserío por donde pasan. Y ahí tienen Ustedes que bastó el comentario del “cubano” para que se organizara la expedición de pesca. Parten ladera abajo desde la aldea, para llegar hasta el cauce de aquellas aguas donde el teleósteo y plateado pez daba fin a su periplo vital. Recogieran un trecho antes, en la bodega, la fisga y empezaron las tentativas de lance. Aún no llevaban media hora de acecho en la despejada noche, cuando son divisados aquellos iridiscentes destellos de los salmónidos. En uno de estos brillantes y rápidos movimientos, lanzó el “gallego” de cuba su fisga ¡y cual no sería su sorpresa que aquella fatídica lanzada hizo presa en los dos salmones, que frezaban y fueron pescados!

Concluye así la historia de la fisga de Louxedín. La que le sigue es breve.
Haxa salú

viernes, 22 de enero de 2010

Ceboleiro

Hace menos de media hora saludé a unos amigos que lógicamente viven en Avilés. Digo lógicamente, porque los habitantes de Grandas están en cualquier parte de Asturias, excepto en donde nacieron. Antes del saludo, y a cierta distancia, les pregunté si venían buscando tierra para el ceboleiro, por esa cuestión que esa parcela era lugar muy apreciado. Tanto que el mejor lugar de la casería, cerca de casa, se dedicaba al cultivo de hortalizas. Nunca se le llamó “hortaliza” o “huerto”, porque el horto era el lugar donde se plantaban las berzas. Así que el ceboleiro le quedó como nombre genérico de todos los cultivos; entre éstos la cebola, que aquí pierde una ele y hacen llorar las capas y capas de tierra inculta. Hoy no hay problema para un ceboleiro de frutos con desprotegidas capas.

De vez en cuando el saludo de aquéllos obligados a la diáspora reconforta.

El más joven en la consulta del médico andaba por los setenta.

Haxa salú (más o menos)

jueves, 21 de enero de 2010

Fisgas

Para alternar con los ditos populares, seguirán las fisgas a los chuzos. Y es que curiosamente, este tema es para seguir fisgando como “curioso” en las armas arrojadizas. Y aunque este fisgar sólo es para dar a conocer las fisgas, que las incluimos en las artes de pesca, creo que merece la pena la curiosidad. O séase que bien o mal el juego de palabras no tiene más sentido que engancharlo, figuradamente, en las fisgas. ¿Saben el cuento de la buena pipa que…? Pues eso, pues eso ¡Y miren Vs. Ms., que no les voy a contar todos los detalles sobre su adquisición, para no extenderme demasiado! Y por cierto, sin fisgar: ¿Es V.M. de las personas que no le queda tiempo a leer? ¡Entonces para qué empezó! ¿Por fisgar? Pues ahora, por fisgón lea, lea. ¡Y si no, a husmear a otra parte! Sabe que fisga también significa burla, que con cierto arte se le hace a una persona. Se acabó, ahora va ya en serio.

La fisga se la define como un tridente de tres púas, con muerte; que son esos pequeños ganchos que lleva en cada diente, similar a los anzuelos, para impedir que una vez clavados en el pez, éste se desenganche. Como se puede comprobar, en la colección de la que forman parte en los fondos del Museo Etnográfico de Grandas de Salime, esta descripción no se ajusta a la realidad, porque aunque si aparecen algunas de tres, las hay de cuatro, cinco, seis y siete púas. Es llamativo que el número de siete se repite en muchas de éstas. Me imagino que por cabalístico, pues si fuera por efectividad, el guarismo aparecería reproducido en cualquiera de las otras, Hice hincapié en este detalle porque algunos visitantes del Museo suelen llamar tridentes a las fisgas, sin tener en cuenta el número de dientes; creo que por esa cuestión mitológica del tridente de Neptuno y las aguas. Desde luego esa asociación no es del todo descabellada si se tiene en cuenta que la fisga es un útil para la pesca del salmón (salmo, -onis) en los ríos.

La técnica consiste en desplazarse a la orilla de un río salmonero, una noche de luna, armado con la fisga, mangada tal y como aparece en la fotografía. Hay que tener en cuenta –aunque no se dijo- que los salmones deben estar en plena acción amorosa; es decir, en la freza, que es el momento en el que la hembra deposita sus huevos en el fondo arenoso del río, y el macho con los suyos los fecunda. En esa procreadora danza, tanto el macho como su abnegada compañera, dejan ver sus plateados abdómenes, que delatan su situación; momento que aprovecha el pescador para lanzar su fisga y quedarse con el final de la cuerda que está atada al mango. Lo que ocurre es que si V.M. quiere ver la barriga a los salmones, tendrá que desplazarse a un río de Canadá, porque en los de Asturias ya casi no quedan.

Puede parecerles cruel y desagradable esta forma de pesca, sin embargo, se practicó durante siglos y siguió habiendo salmones. Por lo tanto, nuestra trasnochada sensibilidad ecológica deja bastante que desear.

Con el fin de que siga "enganchado" a la fisga, y para los que no “quieren caldo, taza y media”, les contaré en otra entrega, historias de fisgas y salmones.

Haxa salú.

miércoles, 20 de enero de 2010

Otros refranes

“En xineiro tantos allos nel alleireo”.
Como no resulta fácil colegir qué dice aquí sobre “os allos”, me extenderé un poco. Aunque me llama la atención que aquella frase, que en el lugar en el que se dice, tenga fácil comprensión, y sin embargo, haya que explicarla, como si se tratara de un complicado dialecto, jerga o jerigonza ajena a nuestra tierra. Esto me hace recordar cierto chiste que cuenta un amigo sobre el idioma francés: Que al vino le llamen “vin”, ¡bueno! Que a la mesa “table” ¡bueno! ¡Pero que al queixo, que se ve que é queixo! ¡que ye chamen “fromage”

Disculpen Vs. Ms. estas licencias que me tomo con Ustedes; pero es que a medida que voy cogiendo confianza, se acentúa o se ve mi mala educación. Pero cada un é como é.

Volviendo al huerto sobre el que va el tema: allo, es el ajo, y alleiro el lugar donde se siembran ajos. Aunque debiera decir plantar, porque los ajos, se les separan los dientes y éstos se plantan separados unos quince centímetros entre sí, en cada surco. El que se diga: tantos ajos plantados como días de enero, no debe entenderse de forma literal, sino que a partir o en este mes, se puede proceder a su siembra- plantación. Cultivo, que por cierto, no necesita grandes cuidados. Sólo mondar (quitar malas hierbas) a mano, nunca con herramienta.

De las aplicaciones del ajo ni hablamos, porque como dicen franceses e ingleses: en España todo sabe a ajo. O el escritor Dn. Julio Camba que dijo en su popular “Cocina española”, que el ajo aquí se usaba con tal profusión, que más bien parecía para espantar brujas.

Haxa salú

martes, 19 de enero de 2010

Cuento de chuzos

(Atendiendo a la petición que Roberto me hizo a través de un comentario suyo en la crónica “A brosa”, paso a relatar la siguiente)

Resulta que el que solicita describa los chuzos, es descendiente directo y lógicamente voy a complacerle porque era él muy niño cuando conseguí esas primeras armas. Baste decir que hace tantos años que ni siquiera había Museo en Grandas de Salime, y es posible que él jugara con esos pilum. Cuando visité Navia de Suarna por primera vez –de eso hace unos treinta y cinco años- me presentó Benito Caramés, a un amigo que tenía en dicha villa. El patronímico era Calvo, creo que por su apellido. Este industrial de la madera había descubierto que cargar su carroceta con muebles antiguos era más rentable y, con menos esfuerzo, que cortar árboles en el monte. Así que dejó esta tarea a los obreros y él se dedicó al lucrativo negocio de anticuario. Camiones cargados de todo tipo de antiguallas partían de ese hermoso pueblo, anejo a los Ancares, con destino a Italia, Francia y otros puntos de nuestro país. Calvo, vendía también al por menor; pero debía de tenerse cierto cuidado con sus mañas de pícaro comerciante, pues te podía vender una pistola o un arcabuz como antiguo y ser una réplica actual; sometida al envejecimiento, colocándola entre la sal y más tarde en la tierra. Pero sí era cierto que tenía de todo y todo era vendible para él. Si te dejabas engatusar te saldaba la Tizona del Cid, por poco dinero. Les digo que conmigo lo intentó, y la toledana espada era cierto que portaba ese nombre grabado en la hoja; lo malo es que el cromado estaba impecable. Al margen de esta anécdota, fue allí donde adquirí los tres chuzos. Claro que para esto me interesé por una figura ecuestre, de calamina, del caballero andante, Don Quijote, y una pieza de cerámica, para restar importancia a lo que en realidad deseaba adquirir. Aún así, en el remaqueo por tales menudencias le dije que había que incluir aquellas “lanzas de ferreiro” que había en el rincón. Accedió, pero para ello hube de aportar otras 1500 pesetas de entonces, que junto a lo anterior eran casi mil duros. Recuerdo con cierta agudeza a este personaje; ya fallecido el hombre en un accidente de tráfico. Fue chuzón, pero él no hacia las tizonas.

Los chuzos consisten en armas en forma de pincho o de bayoneta, que son ofensivas o defensivas. Eran utilizadas también para la caza. Son de acero y tienen un alojamiento para un largo mango de madera, que le da forma de lanza. Es de suponer que fue una de las primeras armas, aunque en otro tiempo, fueran de piedra y después de bronce. Los pilún o jabalinas romanas siguen apareciendo en los yacimientos arqueológicos. Si quieren ver algunos visiten el Chao de Samartín, en el pueblo de Castro.

Los chuzos de los serenos recuerdo que los vi en Madrid en el año 1965. Por cierto, el sereno era de Cangas; recorría la calle San Marcos, y fue también el primer sereno que conocí.

La pica o lanza, la usaban los soldados de infantería y hay un dicho popular que siempre llamó mi atención:”poner una pica en Flandes”; que no sirve para nada, clavándola en la tierra sobre su ofensiva punta. Algo como lo que quiso hacer el de Greenpeace en Copenhague, sin darse cuenta que Flandes quedaba más abajo, y que a los que contaminan no les tose nadie. Donde sí hay unas enhiestas lanzas es en el cuadro de Velázquez. Pero lo de Breda, se queda en eso: “pintar como querer”, porque magnánimos no creo que fueran los españoles. Otro lugar donde, al parecer, se clavaban erectos los chuzos, era en un cepo colocado estratégicamente a la entrada de las iglesias o templos. Tampoco me parece que fuera con el fin de que los fieles se mostrasen inermes ante el clérigo; no, más bien serían por si había cierto disentimiento con él o los oficiantes.

Las armas las carga el diablo: ¡Coloquen, coloquen de sobremango (quien la empuñe) a un botarate! Claro que hay otras armas más ofensivas: ¡Sitúe a alguien detrás de un facistol, un micrófono, déjenle redactar un periódico o manejar una redacción de TV y verá! (Los del otro atril, son esos que en campaña prometen y dicen gobernar).

Sigamos con el tema del chuzo; porque chuzón no es un chuzo grande, sino el astuto, ladino o taimado, que suele ser más peligroso. Así que miremos hacia el pasado.

Perdida en la noche de los tiempos la historia de guerras entre humanos, llegamos a la conclusión de que los que fomentan la destrucción o aniquilación de las capas más desprotegida, son individuos que incitan a ese ingenuo grupo. Es tal su evolución en conseguir la manera perfecta de matar, que el chuzo inventado para cazar, lo convirtieron los inductores a la guerra, en un arrojadizo venablo. Fue tan efectivo, lanzándolo los combatientes al unísono, que las hordas atacantes llegaron a crear la frase: “caen chuzos de punta”. Claro esto lo dijeron los que quedaban entre los espacios donde no cayeron chuzos. Los demás que ganas les iba a quedar de decir frases célebres. Miren Ustedes como sería, que los romanos, que fueron unos estrategas muy inteligentes, para evitar las tormentas de chuzos”, inventaron la táctica de poner los escudos de paraguas, -cuando aún no existían los paraguas- y le llamaron “escudo”, o la “tortuga”; porque debajo se “atechaba” la centuria. Aquel caparazón de cuero o metal, guarecía hasta una legión. ¡Claro! ¡Cada romano llevaba un escudo! Bueno, el caso es que nadie sabe muy bien porque cuando llueve mucho, o diluvia, se dice “llueve a chuzos” Para mí que la nueva frase data de cuando se consiguieron esas perfectas formas de despanzurrar a la gente; los ejércitos se volvieron blandengues, y a las gotas de agua les dieron en llamar chuzos. Son además, tan refinados, los que promueven las guerras, y con tan sofisticados medios, que desde un sofá y mediante un teléfono “rojo”, pueden activar armas, que algunos llaman de destrucción más IVA. Debe ser el impuesto de reconstrucción, incluido en el misil.

Tampoco debe extenderse uno tanto con el origen de esas frases, porque al fin y al cabo, los chuzos eran para cazar ¡Y vaya cataplines que había que poner, para esperar con la jabalina, apoyada en el suelo, a que se ensartara en ella la jabalina, o su compañero el jabalí!

Este cuento se lo pude haber contado a Roberto cuando era pequeño; pero cuando es uno joven estos detalles pasan inadvertidos. Pero también pudo ser que careciera de importancia para él. De niño no hay tiempo para nada. Lo malo es que sólo se da uno cuenta desde que se envejece.

Haxa salú.

domingo, 17 de enero de 2010

Más refranes

“Por Santo Antón de xineiro, da el sol en todos os regueiros”.

Como se suele decir: “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Por eso aquí se hace necesario matizar algo sobre este refrán de Santo Antón.

San Antonio Abad, como es sabido, es el patrón de los animales y su onomástica se celebra el 17 de enero.

Debe sentirse muy satisfecho por el aumento de los que están en el grupo de los racionales. Aunque es posible que sólo sea debido al incremento poblacional. De todas maneras, cierto deporte y los políticos, fomentan que los ignaros racionales proliferen. Y no tomen en cuenta esta opinión, como suelo reiterar, porque es posible esté equivocado y sea yo el indocto.

Decía que a partir de Santo Antón, da el sol en todos os regueiros. Esto no es cierto, porque las zonas umbrías tardan mucho tiempo en recibir la benefactora acción de los rayos solares. Y díganmelo a mí, que nací en ese barrio del Ferreiro, donde lo que sí entra bien es la xelada. De las “luces” ni hablemos ¿Se nota mucho?

Veamos otro refrán:

“En xineiro vota obreiro, pa sebe non pa parede. Non é porque sea pequeno el día, é que tá a pedra fria,”

Su significado se basa en el frío; por lo tanto “hacer pared” no es lo más indicado. Pero, ¿qué es la sebe? La sebe es un cierre perimetral de una finca o heredad, hecho con materia vegetal, a base de estacas y ramas. Aunque este nombre lo recibe también el seto; sólo que en éste la materia vegetal la componen arbustos vivos: zarzas, espinos, salgueiros (sauces) e incluso plantas de mayor porte como son el freixo (fresno) castaño, acebo y roble, que la continua poda, dirigida a que sirva de cierre, les obliga a un crecimiento limitado, porque se impide su desarrollo normal. Se cercenan todas aquellas ramas que van hacia arriba y a los lados, excepto aquéllas que son obligadas a extenderse longitudinalmente a lo largo del seto.

Tratemos ahora ese tipo de cerramiento que recibe el nombre de sebe usado en las fincas dedicadas a prado; también en los cultivos de centeno y trigo en el monte, que recibían el nombre de siaras y restrebas, de los que hablaremos en su día.

Este tipo de cierre era muy usado para cercar los cultivos citaos, en los tiempos que el ganado menudo (cabras, ovejas) pastaban por los montes. Al mismo tiempo impedían que las vacas y caballos accedieran a esas fincas dedicadas al cultivo del cereal. Consiste en estacas o troncos no muy gruesos, clavados en el suelo, entre los que se va formando una trama de ramas y varas delgadas que forman un compacto entretejido. Cuando los postes usados eran de salgueiro (sauce), si el terreno era fértil o con tierra abundante, solían arraigar, o como se dice en el occidente, aprender. Estos pequeños arbustos se convertían en seto si la humedad del suelo era adecuada, sino se secaban con el estío. En Inglaterra se siguen conservando estas formas de cierre. Como se pueden imaginar el trabajo era arduo, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de materia vegetal que era necesario reunir para cercar una finca de una fanega de siembra (2500 m2 aproximadamente).

Con estas descripciones se hace materialmente imposible abarcar los distintos temas a que dan pie las costumbres populares; pero iremos con el tiempo, desgranando algunos para darlos a conocer. Es posible que cuando mejore ese tiempo hablemos de paredes, porque los días van a más; a más “luz”.

Haxa salú

sábado, 16 de enero de 2010

Refranes

Hace ya mucho tiempo, me encargó un amigo que recogiera los refranes de la zona, porque estaba preparando una publicación y dijo no debían faltar los de esta zona de Asturias. Así que con ese motivo esta pasada semana de nieves, me puse manos a la obra; porque dicen que año de nieves, año de bienes. Además, así hago como en las cadenas de TV ¡qué como no se les ocurre nada, hablan del temporal! Como si nunca se hubiera visto cosa igual, y como ya dijo Einstein: “nuestro tiempo se caracteriza por la perfección en los medios y la confusión en los objetivos”, sigamos haciendo abuso de los medios de que disponemos, para contribuir al caos, y quedar perplejos porque nieva en invierno.

Lógicamente los refranes o dichos populares que aquí se inserten, será en el gallego de la zona. Para que su significado sea inteligible, se hará la definición en castellano, porque además así se hace honor a la diglosia que nos caracteriza a los aldeanos, para hacernos entender; aunque nadie nos lo pida. Atento que es uno Ahora con la venia de Vs. Ms:

“A xelada en xineiro, é como cuito de cordeiro”

Quiere decir esto que la benefactora acción del frío y la escarcha en el mes de enero, hacen sobre la tierra un bien tan importante que es casi comparable al efecto que ejercía un buen estercolado de abono (cuito) procedente de la cuadra de las ovejas. Si a esto añadimos lo saludable que es para la tierra una buena capa de nieve, que elimina cumias, nos encontramos que los rigores del invierno en vez de ser una lacra son una bendición para el campo. Se me olvidaba decirles a Ustedes, que las cumias son todas esas plagas que hay en la tierra; que el sufrido campesino entiende como azote de la misma. Como tales, pueden considerarse ratones, gusanos, microbios etc. Pero ahora bien: sobre la Tierra, entendida ésta como Planeta, hay otras muchas "cumias", que no hay xelada, ni nevada que las elimine. Véase sino todos los que aprovechan la nieve como medio de vida (se citaron al principio).

El próximo refrán también hará alusión al mes de enero.

Haxa salú

A-H1N1

Por alguna razón que desconozco, no colgué en el Blog en el mes de septiempre, una crónica interesante acerca de la gripe A. Como nunca es tarde si la dicha es buena, ahí va:

Hace años escribí un artículo sobre las vacas locas. Contaba la historia o peripecia por la que hube de pasar acompañando a José Cachafeiro, que con su camión transportó una vaca enferma de un pueblo de Allande a Lugo. De esto creo que hace algo así como cincuenta años.

Cuado esta enfermedad afectó, hace poco, a la ganadería vacuna, con reiterada insistencia, o diría más bien con machaconería, los medios audio-visuales de comunicación, nos mostraban los animales pendiendo de los enormes cazos de palas cargadoras. Aparecían flácidos sus cuerpos y eran amontonados en zanjas donde los quemaban o bien los cubrían de cal para después soterrarlos. Así un día y otro, a las horas menos propicias, nos llenaban de prejuicios hacia estos animales.

Este recuerdo me conduce ahora a otra manipulación más, a la que estamos sujetos e inermes. Nos atacan por todas partes, ante la total indefensión y el pánico a otro tipo de enfermedad: A/H1N1. Sí señor, la gripe A.

Esta gripe, parece ser que es una mutación de un virus, en este caso porcino, con no sé que de nuestras gripes habituales. No lo sé, ni me importa, porque al fin y al cabo pandemias, epidemias, crisis y manipulaciones tóxicas, las sufrimos de forma continuada. Lo que pregunto ahora es cómo estará la salud de nuestros porcinos productores de jabugo y embutidos varios. Es de suponer que bien, porque sino ya habrían sido jaleados en los medios sin piedad.

Pero hablemos de esa hipotética gripe, que mata menos que el tráfico un fin de semana cualquiera. Y no es que esté a favor de la muerte; todo lo contrario: pero –he aquí otro pero- ¿Creen nuestras autoridades sanitarias y afines, que su estólido y cretino discurso, sobre el tema, convence a alguien a estas alturas? Este ferreiro, desde luego, no les cree nada. Es cierto que temo los catarros, la gripe, el cáncer…. En fin todo aquello que el buen hipocondríaco debe respetar, casi como bien practicada religión. Pero…. como siento fobia hacia la medicación, rechazo el Tamiflu, aunque lo ordene la Organización Mundial de la Salud.

Así que: haxa salú, porque matar ya nos matan a disgustos ¿No les dará la gripe a los intoxicadores? ¡Por favor Providencia, sed una vez propicia, para que nos dejen en paz! Aunque nos muramos todos; porque si esto ha de ocurrir ocurrirá.

viernes, 15 de enero de 2010

El país de los excesos

Continuaremos con el tema de “hacer cruces”.

En la calle Mayor (hoy Ferreiro) existe un cruce de caminos al que siempre denominamos como la Cruz. Entre la casa ya citada (de Juan) y este punto hay algo más de 100 metros. Desde éste al Ferreiro otro tanto, y así mismo, otros tantos a la casa del Hospital, o Lazareto que fue de Santiago. Ahora coloquemos una bombilla de 25 W. en cada lugar que hacen un número de 4. Si quiere conocer la relación lumínica de estas lámparas con cualquiera de los actuales medios, les diré que es algo mayor que la que irradia una vela. Por lo tanto, aquellos puntos luminosos, nos servían de referencia en las oscuras noches, como estrella polar, en la navegación a vela (entiéndase aquí el juego de palabras). Hoy esos espacios los cubren 11 poderosas lámparas. Si a esto sumamos otras 14 en el barrio del Ferreiro, son un total de 25. La iluminación mejoró hasta tal punto que si calculamos una media de 3 focos o puntos de luz cada 100 mts, llegamos a la conclusión que muchas más de 1500 lámparas rompen la oscuridad de la noche, en las desérticas calles de mi perdida aldea. Y con esto no quiero decir que haya que volver a esa penumbra en la que transcurrió una parte de mi vida. No, no se trata de eso, sino de paliar el despilfarro energético y la contaminación lumínica. Esta contaminación no es sólo aquélla que desde muchos puntos a 15 Km. divisamos, sino también la relación de cada Kw. consumido con la polución atmosférica.

Ustedes se preguntarán qué se puede hacer para evitar el exceso, porque a las comodidades se habitúa el ser humano fácilmente. Es muy sencillo: regulemos ese alumbrado reduciéndolo el 60%. Y después de las doce de la noche, dejemos sólo esas luces de referencia en recorridos de extrarradio, de los que nadie se beneficia. Y si alguien cree que la delincuencia esta asociada a la oscuridad, observe el despilfarro de energía en las ciudades y su nivel de delitos por unidad lumínica. Si este dato no les parece significativo, les aportaré uno muy particular: A más “Luces”, menos delincuencia y a menos “Luces”, más delincuencia. Creo que aquí el juego de palabras nos puede conducir hacia esa época de fulgor y oscuridad, en cuanto a ilustración o cultura; entendiendo esto último a que este tiempo pasado no lo fue de Luces. Dicho de otra forma: los botarates campean a sus anchas protegidos por la luz del sistema, ostentado por mediocres, y sustentado por panegiristas que como tales lo apoyan.

Pero no es esto lo grave del cinismo que nos muestran aquéllos que parece ser, son los elegidos. Lo peligroso es que con total insolencia se reúnen en la Cumbre de Copenhague, para acordar o confabularse en una alianza, en la que de mutuo acuerdo, puedan los países contaminar a su antojo, sin que surja la protesta de ninguno de ellos. Y a los otros, a los que no contaminan, se les da la limosna previamente tratada, y así cargarse el Planeta. Claro que si les sirve a Ustedes también de consuelo: en este viaje sucumbiremos todos.

Nadie quiere apagar la luz ni tomar medidas que les haga peligrar a sus canonjías; mas me temo que de seguir así, acabemos a oscuras o igual de ricos que en la década de los cincuenta y sesenta (las otras ni las cito).

Haxa salú. ¡Lévelos Xudas! a esos hipócritas que nos pasan la cruz y nos obligan a soportarlos.

jueves, 14 de enero de 2010

18 formas de tratamiento para los médicos

En la zona rural había nombres poco apropiados para las distintas enfermedades o afecciones que perjudicaban el cuerpo. Por ejemplo, si “corrían as narices” no es que éstas participaran en una carrera pedestre, sino que lo que “corría” por las fosas nasales eran abundante secreción pituitaria; o sea mocos, y por consiguiente señal de catarro o constipado. Al mismo tiempo podía presentarse con “apretación nel peto” y “correrlle as napias como fontes”: catarro bronquial acompañado del líquido citado. Pero si salía “ua fonte nun pé ou nua perna”, esto era una úlcera varicosa, o arterial. También puede ser mixta, y al tener ambas cosas, se convierte en insoportable, no sólo por lo que puede doler, sino también por el largo tratamiento podológico; como el caso que me ocupa. Que ocupa mi pie derecho desde años ha.

Como se puede ver, por la fuente que les manifiesto, soy poseedor de una “fuente” mixta en la citada extremidad; que me obliga a desplazarme al consultorio médico, casi todos los días, para que las ATS hagan una aséptica y cruenta cura. O séase: hurgar en la herida para eliminar todo tejido indeseado, para que el epitelio tienda a cerrar el acuoso cráter. Lógicamente, espero mi turno en la hemeroteca del Centro. Llamo así a la sala de espera, porque en ella hay revistas del año que se desee, como en toda sala que se precie de tener números atrasados. En uno de noviembre de 2008, descubrí un titular interesantísimo: “18 Formas de tratamiento para los Médicos”. Cuando creí que iba a servirme de solaz regodeo encontrarme a los galenos sufriendo como vulgares humanos, por esa cuestión masoquista de ver sufrir aquéllos que parecen desprovistos de total sensibilidad, resulta que no era tal la cosa. Se trataba del “tratamiento” con el que son considerados, en las 18 Comunidades Autónomas, los seguidores de la doctrina de Hipócrates. ¡Ay de mí! Dije: ni aquí sufren. Solo padecen el desbarajuste de una Sanidad que da palos de ciego, y nadie cura su invidencia, haciendo de la salud pública un “único” tratamiento para todo el País ¡Yo cojeo de una pata y la Sanidad de 18! ¡Menos mal que no es un ciempiés! ¡Aunque poco le faltará, si en el resto de las Comunidades, las “áreas”, se parecen a las de Asturias! Por lo tanto: los efectos secundarios del sistema de Sanidad los sufrirá el “paciente” paciente.

¡Menos mal que la enseñanza funciona bien! No padece de un pie sino de los dos; por eso no cojea: ¡no anda!

Haxa salú

Control (Internet)

No sé si recordarán que en julio del año pasado hacia mi presentación en este blog o cainzo. Creo que les alertaba del peligro que representaba estar en manos de “satélites”. Hoy vuelvo a reiterar lo mismo: quieren controlar Internet, porque se les fue de las manos. No es sólo afán recaudatorio, sino que comienzan con esa disculpa para acabar censurando cualquier opinión ¡Ya lo verán, ya lo verán! El “poder” no admite disentimiento ¡Control, control, censura y en definitiva burda y torpe manera de tratarnos como vulgar hato de animales, manejados por pícaros, que buscan sólo sus prebendas! ¡Qué vergüenza! Mentecatos: ¿creéis acaso que se puede engañar a todos?

Esto me hace recordar también la crónica que escribí sobre la estúpida manera en que los granujas trataron el bochornoso tema de la gripe A. Por favor lean de nuevo lo dicho en aquel momento. Fue hace poco tiempo: se titula A-H1N1

Haxa salú. ¡Lo que hay que ver y oír! ¡Qué país!

martes, 12 de enero de 2010

A Brosa



AGENDA 2006



-Hola., buenos días, son eo, a brosa.


-¿Cómo? ¿Quién habla?

-Eo, eo, a brosa

-Pero no puede ser, ¿desde cuándo un objeto inanimado puede hablar?

-Desde siempre. Todo, todo lo que hay en la naturaleza habla. No importa si es vegetal animal o mineral. Hablamos todos; a nuestra manera, pero sí transmitimos sensaciones y mensajes, que el ser humano no capta porque vive inmerso en sus quehaceres, mezquindades e intrigas.

-¿Ah sí? Pero eso es animismo; la doctrina de Stahl, que considera el alma como principio de todas las cosas, o fenómenos vitales. Él como médico, se dio cuenta que en todo hay vida.

-Claro por eso yo soy brosa y comunico mi existencia por medio de mi composición atómica. Si no fuera así mis átomos se desintegrarían y ¡hasta luego, Lucas!

-Pero al margen de esto ¡qué puede ser o no! ¿Tú qué eres? Porque te presentas como ”brosa”; me hablas en el gallego del Occidente asturiano, al presentarte; contestas a mis preguntas en castellano. ¿Puedes explicármelo, o ser más explícita?

-¡Cómo no! A brosa é el meo nombre. El falar galego o castellano, é por motivo da diglosia. Quere decir esto que nas zonas con bilingüismo, imponse el que é oficial sobre el minoritario-mayoritario.

-¿Cómo, cómo? Si es minoritario no puede ser lo contrario.

-Sí, home. Muy sencillo: el castellano é oficial, el galego de aiquí non, y é mayoritario.

-Creo que queda claro así. Exprésate en el oficial que llega a todos los asturianos por igual y así cortamos el tema.

-¡Cómo que cortamos! ¡Cortarei eo, que son brosa y falo!

-¡Cuidado con lo del falo, que puede dar lugar a mal entendidos!

-¡Oye el pijo aiquí eres tú! Eo non falo del falo. Falo por que falo! Y falar, hablar y parlar é lo mismo. Y ahora corto.

-Me refería a suspender el tema, sobre el uso de dos lenguas en esta zona de Asturias.

-De acuerdo, pero repito, corto eo, que son brosa.

-¿Qué es una “brosa”?

-Una brosa es un útil de trabajo que sirve para cortar. Estoy hecha de acero, en parte, puesto que en este país, el hierro y el acero se entienden como dos metales distintos. Sin embargo, el acero, es un hierro endurecido mediante aleación de otros productos que sería largo de explicar. La brosa que te habla, que soy yo, fui hecha o fabricada en un mazo; concretamente en el Mazonovo de Santalla de Oscos. Viendo a un ferreiro darme forma parece sencillo pero es complejo.

Primero se forja en una pletina o yanta ancha y gruesa, de 20 cm. de largo, según el tamaño que se desee sea la brosa, en su parte central, hasta dejarla de unos 4 ó 5 líneas (los ferreiros en esta zona llaman líneas a los milímetros). Después se sigue forjando los extremos hasta darles forma de cuña trapezoidal; doblándola a continuación por el centro, sin que se junten los extremos de las cuñas o trapecios. A continuación hay que forjar otra pieza. Ésta sí debe ser de aceiro (acero) por ser la boca de corte. También asemeja el trapecio, pero con cuña por ambas partes del mismo. Éste se inserta en el encaje de la primera pieza, y es a partir de aquí donde voy tomando forma de brosa; o lo que en castellano llaman hacha. Pero claro, estas dos piezas deben consolidarse entre sí, para lo que han de pasar por un proceso llamado “calda”. Esta calda no es otra cosa que unir, por medio de la soldadura el conjunto. Dicho así, en el siglo veintiuno, con los modernos sistemas de soldadura, parece algo tan sencillo, que no plantea ningún problema. Pero hete aquí que la cosa es más compleja. Soldar el metal, mediante el calor del hogar de la fragua es arduo. Aquí es donde el ferreiro muestra su pericia, porque “caldear” es, además de sofocante, un arte. Cómo será, que hasta Belcebú, que conoce bien todo aquello relacionado con el fuego, en cierta ocasión que andaba por esta tierra de buena gente, no quiso decirle a Martín, el ferreiro, como se caldeaba el hierro; porque era para él una desconocida técnica. Sin embargo, el ferreiro, que por pelear con fuego también era algo diablo, se las ingenió, para descubrir el bien guardado secreto del demonio. Para ello recurrió a una argucia, que consistió en mandar a un niño, al que llamaban Farruco, que corriera por el pueblo diciendo: ¡Martín caldeo, Martín caldeo! Él que oyó esto enfurecido exclamó: ¡terra ou barro ye botou! Así fue como Martín, el ferreiro, aprendió a caldear; pues la caldea consiste en calentar las dos piezas en el fuego, hasta que se funde la superficie en ambas y luego con un rápido martilleo, sobre el yunque, quedan unidas entre sí. Después se rematan las imperfecciones, se afila y se le da “trompa”; que no es otra cosa que calentar el acero y enfriarlo con rapidez para que se endurezca. La técnica de templar es complicada, porque después de endurecido, se calienta ligeramente para que no sea tan frágil y se rompa, al golpear el corte en la madera. Después de terminada se le coloca un mango en el hueco que quedó al doblar la pieza, que se le llama “ollo” (ojo), y ya tenemos la herramienta terminada. No sé si entendiste todo el proceso de mi fabricación; pero lo importante de mi forma y función, es el servicio que presté como útil de trabajo.

-Me imagino que sí; que en una sociedad en la que la tecnología era totalmente desconocida tus prestaciones serían extraordinarias.

-No es una cuestión de vanidad o ponderar excesivamente mi función; pero poco hay en la colectividad campesina, en la que mi actuación no ha sido importante y primordial. Incluso como arma, también decidí batallas puesto que mi existencia es anterior a la espada. El hacha o mi evolución desde la de piedra, bronce o la actual de acero.

Haxa salú

Campanada

Dos metales como el cobre y el estaño, cuando están aleados en la proporción adecuada, pueden producir una entrañable sonoridad, que según las circunstancias, puede alegrar o acongojar nuestro ánimo. El toque festivo de la campana en la enhiesta torre del templo, contagia entusiasmo, alegría e invita al jolgorio. Sin embargo, el toque a rebato de esos bronces, nos aterrorizará porque algo grave ocurre en la aldea: un peligro inminente, o la casa de un vecino que es pasto de las llamas. Pero también, y para más dolor, nos anunciará su tañido, que alguien exhaló su último aliento. Por ese doblar de campañas, sabíamos si el deceso había ocurrido en el pueblo, en la parroquia, o si era hombre o mujer. Aquel lamento, producido por el badajo, al golpear en el borde de la campana del tann… y el tonn…. sostenidos, quedaban en su tañer, como sonido de diapasón, que hasta su última y casi inaudible nota, nos daba la triste noticia. Hoy ya no queda en los pueblos ese sacristán que nos comunique, a través del repicar: vida festiva, desgracia o muerte. Sin embargo, sí nos llega la estridencia de aquel que convierte sus acciones y lenguaje en badajo, que da la campanada, con el único fin de hacer oír su vanidosa conducta. Así, desde las altas torres de la jurisprudencia, con insensato criterio, un juez de meliflua o aflautada voz, hace sonar el gong; no para administrar justicia por los muertos, por los que en su día no se tañeron las campanas; sino para que se revuelvan los restos, que reposan en anónimas tumbas. Toque a rebato, para afligir aun más, aquéllos que se les quema el corazón llorando, en silencio, por sus antepasados.

Que Dios le perdone Señoría, y que los finados descansen en paz.

Haxa salú

Las agendas

Siguiendo la búsqueda de temas entre todas estas libretas de apuntes, me encontré con unos, creo interesantes, sobre útiles, por lo que los iré publicando en el Blog. Interesantes los considero, pero si no es así díganmelo. Son de la misma agenda de 2006; pero hay como 35 de diversos años. No quiere decir que sea todo de interés. Lo dicho: juzguen Vs. Ms.

Haxa salú

viernes, 8 de enero de 2010

Hacer cruces

Cuando algo causaba nuestro asombro, afligía nuestro ánimo o simplemente era noticia poco común o nos sorprendía, solíamos decir que hacíamos cruces. "Hacer cruces" era santiguarse, e iba acompañada la acción de interjecciones tales como ¡lévete Xudas! ¡arrenego del demo! ¡nunca outra tal vin! ¡oh virgen! ¡vaya cuadro! ¡métevos medo! ¡québrenche os ollos! ¡xa me dirás tú! Y así alguna más que se le ocurría al oyente del portento o fenómeno, que a veces no era tal. Pero viene a cuento aquí por mor de ese paso de la sombra al sol y viceversa.

Como siempre, diré que hace algo más de medio siglo las cosas eran muy distintas. Eran diferentes porque desde que anochecía, y en esas oscuras y lóbregas noches invernales, casi no se veía nada. Era necesario vislumbrar y otear, en la penumbra los detalles que nos hacían conocido un lugar para seguir avanzando. En muchos casos, caminabas por intuición, y de esta manera evitabas incluso aquellos embarrados charcos que tenías controlados en las calles o caminos de tu pueblo. Esto no siempre se cumplía y a veces eran tus zapatos los que chapoteaban en él dándonos la noticia de su ubicación. Cuando calzabas las galochas (madreñas) no tenía importancia el incidente, pero ¡los zapatos de los domingos y el bajo del pantalón del traje! eran otra cosa. Estos avatares eran subsanables haciendo el recorrido hacia mi casa por la carretera desde la villa hasta el marginal barrio del Ferreiro. Pero era un recorrido más largo y el vendaval azota con furia en el invierno en ese lugar; así que, a correr el riesgo desde la casa de Juan, hasta la “rampla”, y después secarse los zapatos en el horno de la cocina de leña.

Aunque el pueblo resulte desconocido para Usted, hágase una composición del lugar como lo hacíamos los viandantes en la oscura noche y asócielo con la falta de luz en los comentarios anteriores. Precisamente, dando concordancia y afinidad a las explicaciones y la cruz de los pobres, digamos que la concatenación, viene de esas penurias, que nos tocó a los que ahora somos viejos vivir. Porque verá Usted: este es el país de los excesos; o de los extremos: o nada o mucho.

Haxa salú

A cruz de os probes

Al citar "a cruz de os probes" no me refiero aquí a la penuria que arrastra el mendigo o el probe “d´po las portas”, como eran conocido el necesitado indigente en esta comarca. Ni tampoco a los que sin necesidad de ser mendicantes, estamos en ese grupo de los que con poco nos vamos arreglando. Y cuando aquí se dice exiguo, es comparándolo con lo que ganan aquéllos, que con nuestro salario anual, no les alcanzaría para un día en la suite del lujoso hotel.

No amigos. Aquí la cruz de los pobres es algo material. Es la cruz de madera que había en las aldeas que prestaba un servicio a la equidad. La igualdad a todos los vecinos, para que la caridad fuera impartida con justicia. Y la verdad es que parece mentira que lo que debiera ser altruismo o generosidad, tuviera que ser regulado por un símbolo de la religión católica, para evitar que los que más tenían, se escabulleran del compromiso. Y aún así, escurrían el bulto pasando el compromiso a sus aparceros o caseros, que en definitiva también eran pobres.

Les narro estas cosas antes de referirles en qué consistía la misión de esa cruz; que aunque a mí casa nunca llegó, mi padre, Benino el ferreiro, acogía a todos aquéllos necesitados que demandaban auxilio. Allí nunca les faltó comida y posada.

No escogí el tema por ser Navidad, sino que como viene siendo costumbre, recurro a los fondos del Museo para mis crónicas. Y tampoco como un servicio al mismo, sino para que quede escrito y explicito, si así se le puede llamar.

En las aldeas o pueblos, y no así en el centro de las villas, “os probes de polas portas” llegaban al atardecer a aquellas casas en las que sabían podían pernoctar en la calidez de la cuadra en el invierno, o en la mullida hierba seca del pajar en verano. En la villa buscaban estas posadas en los barrios marginales, porque en ellos encontraba la caridad; sentimiento solidario, que a veces no era otra cosa que sentirse satisfecho del propio destino, que el duro trabajo les aportaba a los que se veían en mejor situación que el indigente. Poco importan los motivos o la causa que los originaba; lo cierto es que el menesteroso obtenía sustento y el cobijo que en otra parte no encontraba. Sin embargo, esto daba lugar a que aquel continuo deambular de gentes sin techo, se convirtiera en una carga para algunas casas del vecindario. Para evitar este trastorno, estaba la cruz de los pobres, que era la señal de que en la casa en la que se hallaba depositada, habían dado posada al necesitado. De esta manera, el mendigo pasaba a la siguiente casa portando la cruz. Si se daba la circunstancia que había solicitado posada o refugio en cualquier casa, en la que no estuviera el lábaro, debía dirigirse en el vecindario a la poseedora de dicho distintivo, donde lo dirigían a la que estaba obligada por vez o por turno.

En el Museo contamos con algunas de éstas, que cumplieron con esa función. Lo grave es que ahora en los pueblos no queda a quien pasar la cruz, pues en el barrio en que nací hay más de diez viviendas vacías y aunque no conocí –como dije- esa forma de acoger al necesitado, nunca faltaron en el lugar los desamparados. Por cierto, esa gente que tendía la mano ahora casi no la ve en los pueblos, porque ocupan las calles de las ciudades, y para evitarla miramos a otra parte.

Haxa salú

jueves, 7 de enero de 2010

A Guillada

Crónica publicada en el año 2006 en La Nueva España.

Suelo seguir los documentales de la 2 en TVE, y fue precisamente de uno de éstos de donde surgió el razonamiento. Hace ya tiempo que me llamó la atención la docilidad de los elefantes indios para el trabajo. Sus cuidadores (Kornak) los entienden perfectamente y son conducidos con maestría. La vara (ankus) que usan para guiarlos está rematada por un gancho en forma de hoz. Un día descubrí su utilidad e incluso comenté ésta con el personal del Museo (Arturo y Antonio) pero nunca se me ocurrió dejar escrito este descubrimiento, que aunque parece pueril no lo es tanto.

La guillada, que tantas veces manejé, y que sirve para aguillar diseño, pero he aquí el estudio comparativo con el ankus usado en la India para los elefantes.

Si esa vara larga con aguijón, sirve para picar los bueyes o las vacas, que (aguijonear) el ganado, es posible que no despierte mucha atención por su sencillo forman la yunta, tanto si el que guía, está delante o detrás de la misma, es una herramienta adecuada (aunque cruenta).Pero veamos ahora que ocurre si nos situamos delante: Para que una de las reses ande más o se dirija a la derecha o a la izquierda, se aguijonea o pica en el cuello y casi siempre por el lado interior; puesto que el exterior no queda a mano, si tenemos en cuenta que el que chama o guía, debe seguir la marcha de la yunta. El animal, al sentirse agredido, tiende a separarse del pincho que le inflige el daño, por lo tato, muchas veces el resultado es negativo y la vaca o el buey tiende a irse en sentido contrario. Sin embargo el ankus indio curvado en forma de gancho, permite picar al paquidermo en lado opuesto al que se pretende siga la marcha. O dicho de forma más sencilla: para ir a la izquierda, picar a la derecha y viceversa.

Llama mi atención que un artilugio tan sencillo no diera lugar a razonamiento tan simple y haber llegado a un modo más ingenioso de lograr un fin con menos daño. Siento no haberlo pensado cuando en las labores agrícolas, no éramos excesivamente amables con nuestras vacas. Éstas además del esfuerzo, debían soportar el aguijón. Llega tarde el remedio, aunque también era agudo.

La guillada solía ser en la casa una prenda, que como tal, formaba parte de los enseres de la misma, por lo tanto era algo muy personal de cada campesino; no por su valor, sino que era tenida como esa especie de talismán que trae buena suerte. Su pérdida o rotura ocasionaba un trastorno, pues se creía que con su desaparición se iba la “manilla”, o la buena suerte con el ganado y éste podía enfermar o las vacas abortar. Estos trastornos también se asociaban a la cuerda con la que se llevaba la res al mercado. Sin embargo si el campesino se embriagaba en la feria y perdía la guillada no importaba tanto. Debía de ser algo así como cuando en un arrebato, rompía ésta de un golpe sobre el lomo de la vaca. Se todas maneras ese halo esotérico si lo tenía.

Las guilladas debían buscarse de varas sin imperfecciones. Es decir brotes derechos, sin nudos y presentarán uniformidad en toda su longitud. No importaba si para escogerlas había que desplazarse kilómetros, tanto es así que con el fin de contar con buenas guilladas de avellano, roble o castaño se dedicaba, en algunas casas, un día determinado, para que uno de sus miembros hiciera esta labor. Las varas de acevo y carballo no eran muy requeridas, puesto que si se golpeaba una res con esta madera, parece ser que perduraba la marca del golpe durante mucho tiempo.

Las ferias de septiembre y octubre, en las que se vendía sobretodo las varas para varexar (varear) castañas, no faltaban entre éstas quien traía un paquete de guilladas; portadas casi siempre por un hijo o cualquier familiar, y eran vendidas en feria.

Dicho esto puede parecer que los campesinos tenían la guillada como un báculo sagrado y de perfectas formas, pero no es así, pues entre éstos había muchos en que un retorcido palo, recuperado incluso del montón de la leña, era todo su ornamento como ganadero. Claro que a veces sus vacas no desmerecían la guillada.

Guillada................Gallego de Asturias
Guiá, guiada.........Llingua
Agijada.................Castellano

Es posible que el nombre sea aguillada y que de ahí derivase el nombre en castellano aguijada. O por error éste pasase al castellano al transformar el artículo “a” (la), en gallego: a guillada. Fuera así o no, siempre oí el nombre guillada; aunque algunos la llamasen aguillada. Lo mismo que se dice trae el carro, a pala o a forqueta. De todas maneras esta da lugar a esas digresiones sin importancia, que en la actualidad mantiene, desde la Academia de la Llingua, los filólogos que desean uniformar los bables de Asturias.

Haxa salú

miércoles, 6 de enero de 2010

Sísifo (Cuento de año viejo)

31 de diciembre de 2009

Aunque sólo quedan cinco horas del día, que el cómputo del calendario le asigna al número 364, no pude resistirme a la tentación de escribir la fecha de mañana; como si con este hecho diera por sentado que hoy es mañana. Y saben por qué les digo esto, porque en cierta ocasión que un heterogéneo grupo de estudiantes visitó el Museo de Grandas, había entre ellos una chica de Nueva Zelanda. No recuerdo el lugar en esa inmensa isla, pero sí lo que les dijo a sus compañeros, (me niego a usar los dos géneros) “en mi país hoy es mañana”. Al oírle tan acertada frase, le estreché la mano, como a todos los que voy conociendo de las antípodas, y departí con ella un rato sobre cómo se puede andar cabeza abajo. Me contestó que de la misma manera que aquí (pero ellos menos: la usan para pensar). Por cierto, estuve de acuerdo con ella, y como siempre, seguí pensando en lo relativo de todo.

De todas maneras “mañana” comenzaremos a subir la piedra hasta la cumbre, (quiero decir dentro de 28 horas y 45 minutos)… aquí lo dejé, porque mi mujer me cargo con otra piedra. (Ésta sí la subí).

Decía ayer… no, mejor: digo hoy, que al igual que aquel rey, comenzaremos con denodado esfuerzo la nueva tarea. Pero será mejor que comience por el personaje, por si algunos no lo conocen. Aunque la verdad, a mí esto de los dioses y reyes mitológicos no crean que me va mucho; soy escéptico cuando menos. Es que esto de la Iliada me suena a fantasías de Homero. Sí, sí, porque este Homero, se liaba un poco el hombre. ¿Recuerdan a ese dios al que llamaban Prometeo? ¡Pues igual! Mucho prometeo, prometeo ¡y al final qué! Prometer, prometer, pero como el actual presidente del gobierno, que prometió que no había crisis ¡y ahora dice que se equivocó! No, no, si el que se fie de estos va listo. Y a lo que iba. Este Sísifo, era al parecer, hijo del dios Eolo, y fue rey de Corinto. Pero claro, de tal palo tal astilla, y debía ¡el hombre! tener ciertos “aires” de grandeza. El caso es que algo muy grave debió de hacer, porque le castigaron a subir una enorme mole de piedra por la ladera de un monte hasta la cima. Pero hete aquí que cuando estaba llegando a la cúspide, un dios, vete tú a saber si no fue un ca… (termina en -on como le dijeron a Don Quijote cuando le quemaron los libros); el caso es que le echaron la piedra monte abajo a rodar y rodar hasta que llegó al valle. Y aquí tenemos al rey Sísifo, una y otra vez intentando subir la piedra a la cima, y el ca…, volviendo a tirársela ¿Se imaginan Ustedes si a los reyes, cada vez que hacen algo grave –además de ser reyes- los pusieran a reunir piedras? Este país tendría en Madrid una pirámide, que la de Keops a su lado sería una minucia. Sí, sí ya sé que Ustedes me dirán, o están pensando, en el Felipe II y el Escorial; ¡pero vete a saber cómo lo pasaron los que reunieron las piedras! Porque él seguro que no lo hizo… Y a propósito ¿me puede decir alguien quién fue el primer rey? ¿Quién fue el vanidoso que se autotituló como tal? Porque, no me digan que hace quince o veinte mil años había reyes. Por ejemplo, Atila sería un botarate y bruto pero no era rey. Creo que ni siquiera Alejandro Magno, con sus aires de grandeza lo era. Claro que es fácil imaginarse un grupo social (tribu) que no “regía” bien, que hubiera entre ellos un caudillo algo avispado que se dijera para sí: a estos idos los “rijo” yo en un santiamén, y de paso me forro. Si no fue así, ya me dirán Ustedes cómo se puede hacer uno con tantos bienes, hectáreas de tierra y repartirlo entre sus prosélitos. Así comenzó el nepotismo. ¡En fin, preguntas que surgen! Porque creer, creer, no creo que surgieran, los monarcas por generación espontánea. ¡Y ni a dios! que regentaba el paraíso, se le ocurrió autoproclamarse rey. Esta bien que campeen por sus fueros y se tomen el país como tablero de ajedrez para moverse en la dirección que les venga en gana, pero que no se crean dioses.

Con este asuntillo se me fue el fondo de la cuestión a casa de dios, o el Olimpo que es donde moran las deidades. Así que por lo tanto continuaré:

Año nuevo vida… ¿qué vida? ¡A subir la piedra con Sísifo! Sí, a empujar la lítica mole por la abrupta ladera de la cultura asturiana, en la que el génesis fue preciso, y ahora va como todo lo demás. Sólo falta que si llegamos a la cima, un ca… (termina también en -on o -ona) desbarate lo conseguido hasta ahora, como vienen haciendo desde tiempo inmemorial. De todas maneras, el día 1 es Año Nuevo; el 2, es sábado, día 3, no será cosa de ponerse a mover piedras ¡Coño! El 4 es lunes, está el Museo cerrado. Habrá que dejar todo para el martes. ¡No hombre! ¿El martes 5? ¡Qué va! Si ese día es el que traen los regalos los Reyes y creo que es bastante sacrificio pagar el dispendio. Bueno, pues el 6 nada que es festivo otra vez. Entonces el 7 que ya es laborable ¡Hombre! Total por dos días que hay hasta el sábado, que ya es de descanso. ¿Entonces, el domingo 10 nada, claro? Por supuesto. Así, como quien no quiere la cosa, acabamos de quitarle 10 días al 2010. Ya no le quedan nada más que 355. Empecemos el día 11.

No fue cuento de Año Viejo, es un viejo cuento sobre nuestras inquietudes. Ustedes no tienen culpa. De todas maneras al no extenderse no queda bien explicado. Y ahora tres preguntas:

-¿Los faraones eran dioses y reyes.
-¿Los cetros tienen aguijón? Fustigar sí fustigan.
-¿Los reyes “Magos”, si se dedicaban a la nigromancia y la hechicería ¡qué carajo pintan en el Portal adorando “a un neno” que iba a censurar esas artes? ¡Valientes adivinos!

Si tienen piedra vayan subiéndola, y si no, tírenla, que alguno no estaba demás lapidarlo.

Como siempre: un buen deseo de paz, y felicidad a todos por igual, y que tengan mucha, mucha salú, (incluso a los que gobiernan, porque si enferman, igual se demuestra que no hay anarquía ni crisis, y yo no deseo denostar a nadie).

martes, 5 de enero de 2010

Reflexiones del 2006

Al escritor italiano Claudio Magris, le sorprendió el “no” a la Constitución europea.

También habla de los nacionalismos como un mal.


En fin, razona unas cuantas formas de pensar y ser: “La laicidad no es lo opuesto a la religión, sino un modo de pensar”.

G. Grass, dijo también: Ha desaparecido la vergüenza; se puede mentir sin escrúpulos”. No sé si hablaría del actual Presidente y su Gobierno. (Esto es mío).

Günter Grass, dio en el clavo con estas frases: “No contamos con una prensa libre porque existen demasiadas limitaciones” “Uno tiene la melancólica sensación de que la verdad sólo aflora cuando ya no sirve para nada”

Cito a Claudio y Günter, porque ambos dieron una conferencia en Oviedo, con motivo de los 25 años de los Premios Príncipe de Asturias.

Tres días después: Estoy en el Museo leyendo. Las ventanas de la galería dan a poniente y el sol a medida que va del orto al ocaso, deja iluminadas aquellas palabras, que minutos antes estaban en la penumbra. Que fácil resulta comprobar nuestro paso hacia las tinieblas y que sea el sol, el que nos dé la luz sobre la realidad.

Haxa salú