“Por Santo Antón de xineiro, da el sol en todos os regueiros”.
Como se suele decir: “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Por eso aquí se hace necesario matizar algo sobre este refrán de Santo Antón.
San Antonio Abad, como es sabido, es el patrón de los animales y su onomástica se celebra el 17 de enero.
Debe sentirse muy satisfecho por el aumento de los que están en el grupo de los racionales. Aunque es posible que sólo sea debido al incremento poblacional. De todas maneras, cierto deporte y los políticos, fomentan que los ignaros racionales proliferen. Y no tomen en cuenta esta opinión, como suelo reiterar, porque es posible esté equivocado y sea yo el indocto.
Decía que a partir de Santo Antón, da el sol en todos os regueiros. Esto no es cierto, porque las zonas umbrías tardan mucho tiempo en recibir la benefactora acción de los rayos solares. Y díganmelo a mí, que nací en ese barrio del Ferreiro, donde lo que sí entra bien es la xelada. De las “luces” ni hablemos ¿Se nota mucho?
Veamos otro refrán:
“En xineiro vota obreiro, pa sebe non pa parede. Non é porque sea pequeno el día, é que tá a pedra fria,”
Su significado se basa en el frío; por lo tanto “hacer pared” no es lo más indicado. Pero, ¿qué es la sebe? La sebe es un cierre perimetral de una finca o heredad, hecho con materia vegetal, a base de estacas y ramas. Aunque este nombre lo recibe también el seto; sólo que en éste la materia vegetal la componen arbustos vivos: zarzas, espinos, salgueiros (sauces) e incluso plantas de mayor porte como son el freixo (fresno) castaño, acebo y roble, que la continua poda, dirigida a que sirva de cierre, les obliga a un crecimiento limitado, porque se impide su desarrollo normal. Se cercenan todas aquellas ramas que van hacia arriba y a los lados, excepto aquéllas que son obligadas a extenderse longitudinalmente a lo largo del seto.
Tratemos ahora ese tipo de cerramiento que recibe el nombre de sebe usado en las fincas dedicadas a prado; también en los cultivos de centeno y trigo en el monte, que recibían el nombre de siaras y restrebas, de los que hablaremos en su día.
Este tipo de cierre era muy usado para cercar los cultivos citaos, en los tiempos que el ganado menudo (cabras, ovejas) pastaban por los montes. Al mismo tiempo impedían que las vacas y caballos accedieran a esas fincas dedicadas al cultivo del cereal. Consiste en estacas o troncos no muy gruesos, clavados en el suelo, entre los que se va formando una trama de ramas y varas delgadas que forman un compacto entretejido. Cuando los postes usados eran de salgueiro (sauce), si el terreno era fértil o con tierra abundante, solían arraigar, o como se dice en el occidente, aprender. Estos pequeños arbustos se convertían en seto si la humedad del suelo era adecuada, sino se secaban con el estío. En Inglaterra se siguen conservando estas formas de cierre. Como se pueden imaginar el trabajo era arduo, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de materia vegetal que era necesario reunir para cercar una finca de una fanega de siembra (2500 m2 aproximadamente).
Con estas descripciones se hace materialmente imposible abarcar los distintos temas a que dan pie las costumbres populares; pero iremos con el tiempo, desgranando algunos para darlos a conocer. Es posible que cuando mejore ese tiempo hablemos de paredes, porque los días van a más; a más “luz”.
Haxa salú
Como se suele decir: “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Por eso aquí se hace necesario matizar algo sobre este refrán de Santo Antón.
San Antonio Abad, como es sabido, es el patrón de los animales y su onomástica se celebra el 17 de enero.
Debe sentirse muy satisfecho por el aumento de los que están en el grupo de los racionales. Aunque es posible que sólo sea debido al incremento poblacional. De todas maneras, cierto deporte y los políticos, fomentan que los ignaros racionales proliferen. Y no tomen en cuenta esta opinión, como suelo reiterar, porque es posible esté equivocado y sea yo el indocto.
Decía que a partir de Santo Antón, da el sol en todos os regueiros. Esto no es cierto, porque las zonas umbrías tardan mucho tiempo en recibir la benefactora acción de los rayos solares. Y díganmelo a mí, que nací en ese barrio del Ferreiro, donde lo que sí entra bien es la xelada. De las “luces” ni hablemos ¿Se nota mucho?
Veamos otro refrán:
“En xineiro vota obreiro, pa sebe non pa parede. Non é porque sea pequeno el día, é que tá a pedra fria,”
Su significado se basa en el frío; por lo tanto “hacer pared” no es lo más indicado. Pero, ¿qué es la sebe? La sebe es un cierre perimetral de una finca o heredad, hecho con materia vegetal, a base de estacas y ramas. Aunque este nombre lo recibe también el seto; sólo que en éste la materia vegetal la componen arbustos vivos: zarzas, espinos, salgueiros (sauces) e incluso plantas de mayor porte como son el freixo (fresno) castaño, acebo y roble, que la continua poda, dirigida a que sirva de cierre, les obliga a un crecimiento limitado, porque se impide su desarrollo normal. Se cercenan todas aquellas ramas que van hacia arriba y a los lados, excepto aquéllas que son obligadas a extenderse longitudinalmente a lo largo del seto.
Tratemos ahora ese tipo de cerramiento que recibe el nombre de sebe usado en las fincas dedicadas a prado; también en los cultivos de centeno y trigo en el monte, que recibían el nombre de siaras y restrebas, de los que hablaremos en su día.
Este tipo de cierre era muy usado para cercar los cultivos citaos, en los tiempos que el ganado menudo (cabras, ovejas) pastaban por los montes. Al mismo tiempo impedían que las vacas y caballos accedieran a esas fincas dedicadas al cultivo del cereal. Consiste en estacas o troncos no muy gruesos, clavados en el suelo, entre los que se va formando una trama de ramas y varas delgadas que forman un compacto entretejido. Cuando los postes usados eran de salgueiro (sauce), si el terreno era fértil o con tierra abundante, solían arraigar, o como se dice en el occidente, aprender. Estos pequeños arbustos se convertían en seto si la humedad del suelo era adecuada, sino se secaban con el estío. En Inglaterra se siguen conservando estas formas de cierre. Como se pueden imaginar el trabajo era arduo, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de materia vegetal que era necesario reunir para cercar una finca de una fanega de siembra (2500 m2 aproximadamente).
Con estas descripciones se hace materialmente imposible abarcar los distintos temas a que dan pie las costumbres populares; pero iremos con el tiempo, desgranando algunos para darlos a conocer. Es posible que cuando mejore ese tiempo hablemos de paredes, porque los días van a más; a más “luz”.
Haxa salú
Eu nun soporto este ritmo de blog. Del tema del rigueiro conozco el refrán, pero referido a febreiro. De San Antón, pa Asturias dicen: "Por San Antón, la gallina pon".
ResponderEliminarY, también, pa febreiro, que éste seguro que lo tenías guardao pa dentro un par de semanas: "Febreiro frebas da, as entradas y as salidas él os las mostrará".
Oye, eso de las sebes, ahí donde lo ves, tan desapareciendo, y las paredes, vuélvese todo desde fai tiempo estacada y al-hambre o malla. Y todos los paxarinos, mayormente insectívoros, y la sombra, todo a tomar pol saco
Alambre, somieres, cintas de señalización, mallas plásticas de obra, (de esas de color naranja), plásticos de silo y otras menudencias del ingenio popular que dañan la vista.
ResponderEliminarPor cierto, tengo fotos de un nido de piquituerto, en una sebe, confeccionado con, entre otros materiales, cuerdas de pacas, o de alpacas, que dicen los paisanos. Ya ves que el intelecto aviario no anda a la zaga.
"intelectus apretatus, discurrent qui rabiant"
Probablemente no sea este el lugar para este comentario pero, en estos momentos en los que la mezquindad parece cuestionar la labor y la figura de Pepe el Ferreiro como alma (y seguramente cuerpo) del Museo Etnográfico de Grandas, quisiera hacerle llegar mi felicitación por su labor y apoyo y solidaridad en estos momentos en los que intereses, probablemente no del todo confesables, parecen querer enviarle al rincón del los trastos inútiles.
ResponderEliminarPepe, no he tenido el privilegio de intercambiar contigo nunca una sola palabra pero me siento en la obligación moral de enviarte un abrazo con toda mi solidaridad y consideración. Intentar ningunear tu labor es como pretender tapar el sol con un dedo. No van a lograrlo ni cesándonte.
Ánimo, fuerza y, parafraseándote desde la Asturias central, «haiga salú».
las paredes vanse al carajo porque los que recogen caracoles escarabican hasta tirarlas, hay que prohibir recoger caracoles o quedaremos sin paredes en muy pocos años. Es la realidad.
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