Hoy eche el día en el Oviedín del alma, visitando a los amigos, que tengo desatendidos. Pasé a ver a Alberto Polledo por su librería, en la calle Pelayo. Alberto, hombre de gran sensibilidad en temas asturianos, medioambientales y culturales, me hizo entrega de tres mil firmas de apoyo y además me regaló un libro para que aproveche estos días de horas bajas. Prometo seguir su consejo.
Alberto no tiene el problema que tú tuviste, ni lo puede tener, así que es de agradecer que siga despachándose agusto cuando tenga ocasión.
ResponderEliminarLo del problema está claro: es propietario, por un lado, y, por otro, dedicándose a los libros, tiene mal sabotaje por parte de los "ofendidos", que no han de gastar mucho en ese género.