El jueves 1 de abril aparecía publicado en La Nueva España un minucioso estudio, del que es autor Dn. Antonio Arias, Síndico de Cuentas del Principado de Asturias. Se titula “Ley de vida” y versaban sus opiniones “sobre las razones para abandonar el campo. Miren Ustedes si es serio el trabajo que en él, y según diversos estudios “para el año 2025, la mitad de los habitantes de la tierra vivirá en ciudades. Nos da una serie de datos estadísticos y nos habla de tantos por cien, que la verdad, Dn. Antonio, no sé si coja el petate y me vaya antes que Átropos me obligue, sin preguntarme si estoy o no de acuerdo con su guadaña. Pero mientras tanto, y como siempre, voy a intentar rebatir los argumentos de este Síndico, que con sus cuentas no nos dejará quien lo cuente en el depauperado campo.
Así que veamos, Dn. Antonio: Si en la “ciudad está la diversidad y la innovación” según Tim Harford; “las ideas están en el aire” según Alfred Marshall; y el tope máximo de habitantes por ciudad debe de ser de un millón de personas según Oscar Niemeyer ¿Cómo se explica que con diversidad, innovación e ideas en el “aire” estén tan mal representados nuestros estamentos “culturales”? Estoy en verdad convencido, que hay más “aire” en el campo, por lo tanto, deben trasladarse a este medio: los “menos preparados”, para su reciclaje intelectual”. Es decir que pasen a cultivar la tierra,que es la forma de que presten un gran servicio en los abandonados predios rurales. Hay además otras causas, que en Asturias, deben ser tenidas en cuenta: ¿de dónde vamos a sacar los habitantes para llenar las ciudades del centro de la provincia, a razón del millón de Niemeyer?.
Gracias, Dn. Antonio, por sus datos. Quiero que sepa que guardo su artículo, porque al margen de mis argumentos, soy realista y veo como el campo agoniza desde hace muchos años, favor que se les debe a nuestros eminentes próceres y su gran saber hacer.
Pero antes de despedirme, les contaré a Ustedes algo que una prima carnal de mi madre, con 98 años me decía, no hace mucho tiempo en Vilaseca (Lugo): “El mundo (el de su aldea) se acabará por la sencilla razón de que no hay niños en la escuela”. No hay niños ni mayores en los pueblos. Quedan 5 habitantes en ese pueblo.
Haxa salú para aliviar el pesimismo de los que somos rústicos
Bueno... yo estoy de acuerdo sólamente en parte. Es cierto que los pueblos han quedado despoblados en las últimas décadas, pero hay un nuevo movimiento, quizás romántico, quizás necesario, de neorruralismo del que conozco diversos exponentes. Personas que han decidido de un plumazo cortar con su vida urbana para volver a cultivar su propio huerto o criar un par de ovejas y, sobre todo, disfrutar del aire y del silencio. Como diría el poeta: "todo pasa y todo vuelve"...
ResponderEliminarCierto es que el termómetro para medir la vitalidad de nuestros pueblos son los niños, y desgraciadamente cada vez hay menos. Es triste verlos en las ciudades en esos reductos de campo llamados "parques" y a sabiendas de que lo más adecuado para ellos es el campo, y el "aire". Cuando alguien convalece de una difícil enfermedad no se le recomienda sumergirse en un atasco de tráfico... pero esto me recuerda un pasaje de "El malvado Carabel" de W.F. Flórez, donde en una competición deportiva uno de los participantes se desvanecía y para que se recuperase todos los de su alrededor comenzaban a fumar y a echarle el humo en la cara: fina ironía de la vida en nuestras ciudades.
ResponderEliminarEstos lugares desapareceran porque la politica se hace desde la ciudad y nuestros politicos de salon ya sabemos de que adolecen. Desmantelar de la forma en que lo estan haciendo los hospitales de "las alas" es un paso mas que ayuda a estas personas jovenes del occidente astur a irse a lugares con mas servicios que los que a ellos se les ofrecen, pagando -como pagan- los impuestos correspondientes.
ResponderEliminarNada que decirte que tu no hayas sufrido, yo solo espero que aun estemos a tiempo para frenar un poco esta tendencia, teniendo claro que no debemos contar con esos representantes que votamos cada cuatro años y que lo mejor seria que los botaramos.
Ana
P. S. pido disculpas por la ausencia de acentos pero es que este ordenador hace cosas extrañas cada vez que intento poner uno. Manias de persona mayor.
Mi artículo estaba dedicado a ti, Pepe. Un abrazo.
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