jueves, 30 de julio de 2009

Distinción "El Hórreo de Oro"

El 25 de julio me fue concedida la distinción el Hórreo de Oro de Barcia (Valdés)
y esta fue mi intervención en el acto

Sr. Director de Patrimonio, Sr. Alcalde de Luarca, Sr. Presidente de la Asociación Cultural el Hórreo, Señoras y Señores, buenas noches queridos amigos: Como no está el Sr. Alcalde, diré que éstos, por regla general, no suelen estar nunca en su sitio).
Del Hórreo de Oro, como galardón, son merecedores de él todos los vecinos de Barcia y de Valdés, su concejo. Y para ser justos, diría que toda Asturias. Sí amigos, esta Asturias era el hórreo donde se conservaban el coraje y la entereza de sus gentes. Hoy, por desgracia, éste, más que un hórreo es un humilde palafito a punto de ser inundado por las aguas del mal hacer. Es la casa de lenocinio, donde los alcahuetes de nuestro ciego Gobierno Nacional, apoyados por los proxenetas Regionales, vendieron sin nada a cambio -excepto sus canonjías- nuestra Asturias rural. Usaron esta hermosa tierra como yacimiento de explotación, de sus particulares intereses. Le llaman Paraíso Natural. Se les llenan sus mendaces bocas de palabras vacías. Son tan falaces, que tratan con embustes hacernos creer que algo queda en ella…Y saben Ustedes lo más grave: ¡qué posiblemente sean tan engreídos que crean acertado su actuar! Sino ¿cómo se puede concebir que nada quede en la zona rural bajo la férula de estos necios y sátrapas del sistema?
Disculpen que me indigne y repita con rabia aquello que dijo Dn. Arturo Pérez Reverte: “¡Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas, analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda!” Y de los cuales yo añado: ¡Pandilla de lerdos; marionetas del voto, según cuantos dedos levante el jefe de grupo. Sí amigos: estos defraudadores, malversaron el sufragio de los que en ellos confiaron, y los estafaron de forma descarada. ¡Ved, ved sino esta Asturias Occidental en la que se cerraron ganaderías, explotaciones agrícolas y pueblos enteros, ante la total indiferencia de aquéllos que prometen en periodo electoral, mejoras para el campo, que algún iluso adulador tacha de “identidad rural”.
Lo rural, lo bello, lo bucólico, lo idílico y eglógico, repetido incesantemente por estos ignaros bardos, que añaden a su palurda poesía el hecho de que ellos comunicaron el occidente Asturiano, con una siempre inacabada autovía. Una autovía que podemos denominar de areces: al igual que en los juegos Olímpicos: por sus aros o rotondas. O porque en esos juegos, el estadio era la distancia de una carrera de 125 pasos geométricos, ó 192,28m. y en la autovía, un decatlón son 10 estadios, que cierto gobernante inaugura según convenga, cada acierto tiempo, pensando que hace un milagro y olvidando que en Alemania, ya había autopistas hace 80 años.
No sigamos por estos derroteros que alteran la actividad biliar, volviéndola peligrosa para nuestra víscera estomacal…
Centrémonos en el hórreo. Ese hórreo que era de oro. Era de oro, porque en sus barandillas y gavitos pendían doradas riestras de maíz. Eran de oro, porque dentro daban cobijo a montones de patatas, a la carne del samartín. Allí se conservaban morcillas y chorizos, el tocino; grano de trigo para el molino, y mas tarde para pan. El hórreo era un arca, el cofre del tesoro, donde gracias a lo que allí se conservaba, se comía durante todo el año.
Pero dejemos los recuerdos para el recuerdo, pues sólo remembranza habrá de nuestro caduco presente…. Ahora están haciendo el “hórreo patrón”, para al menos conservar las medidas, como si los hórreos se rigieran por normas DIN o ISO. O eso es lo que se creen
Hace muchos años… no sé, pero acaso veinticuatro, tuve la suerte de conocer a estas gentes de la asociación el Hórreo, de Barcia. Creo que coincidirían conmigo en cuanto a que eran momentos ilusionantes, luchábamos por algo. Luchábamos por conservar nuestras costumbres, que otros después desbarataron. Aquí, en este Centro habían colocado los ladrillos de la ilusión todo un pueblo. Hoy siguen en ese quehacer, pero cada vez que vuelven la mirada atrás y la comparan con el presente, descubren que no hay futuro. Sus cuidadas explotaciones están sentenciadas al abandono. Nadie supo dignificar el campo para que no se convirtiera en un estéril erial; enaltecerlo para que sus gentes se sintieran orgullosas de ser campesinos. No, más bien se les raptó a sus hijos como esclavos de la industria, mostrándoles un mundo agrario paleto y sin futuro, mientras ellos, se llenaban los bolsillos con el producto de la venta o empeño a una Europa próspera, que supo conservar ese medio. Al contrario, que en nuestra tierra, donde esa cuadrilla de golfos apandadores la dilapidaron.
El daño, amigos míos, está hecho y de nada sirve el lamento. Me alegro que en Barcia se siga manteniendo viva una forma de tradición, a pesar de los inconvenientes contra los que tenéis que luchar. Gracias sinceras por, este Hórreo, que para mí ya sería de oro por el mero hecho de haberos acordado de un “ferreiro”, que dijo en cierta ocasión, que en vez de hacer un Museo, bastaba con hacer una llave para cada casa, e ir cerrándolas. Esto, en realidad, es por desgracia una forma de conservar el pasado. De todas maneras no os desaniméis porque no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante.
Haxa salú
PUYAS POLÍTICAS
Después de mi intervención, fue entregado el Hórreo de Oro Regional. Se ve que no le gustó al galardonado lo que dije, porque me recordó el Sr. Alain José Fernández F. (uso su nombre porque él usó el mío) que las autopistas alemanas fueran hechas por un dictador llamado HITLER. Asentí ante tan acertada aseveración. Después contó a los asistentes que a él lo llamaban el malo de la T.P.A; no sé sí por mal actor, o porque pertenece a la “clac”y no aplaude como corresponde a los cómicos de su elenco, que por sus palabras, se podía colegir que eran los que aplauden en los “decatlones”. Es una lástima que sea lo último, porque entre el primer grupo, malos comediantes son muchos y la “clac” es de pago. Aunque si actúa en la “teletini” disimulara bien. Por desgracia, nunca falta un roto para un descosido; y que conste que esto del roto me recuerda a ese humorista; porque el Sr. Alain, seguro que se lo revuelven los mondongos, cuando recuerda que la Universidad laboral, fue hecha en girón y ocupaba la Moncloa del poder, otro dictador al que llamábamos (incluidos los histriones) Francisco Franco.
Bien Sr. Alain, por sus autovías en porciones, como el pastel fabricado en el “obrador” del Sr. de la T.P.A., o de la tortilla con pocos huevos.
Por último, ruego al Presidente de la Asociación el Hórreo de Barcia, Dn. José Ramón Fernández Suárez y a todos lo socios, sepan disculpar esta polémica suscitada por aquél que con meditada verborrea, dejó caer culpando a un autócrata, y ocultó los vicios e inmoralidad del sistema que agudamente defiende. Gracias de nuevo por este Hórreo, que llevo en el corazón y gracias por todo lo que hacéis. Gentes como vosotros demostráis la valía con hechos, sin necesidad de lisonjas (repito) a los sátrapas, que usan el nepotismo como medio de subsistencia. ¿Sabéis lo que dijo cierto filósofo?: “Alaba a un necio y te escuchará eternamente”
Haxa salú

1 comentario:

  1. Que acertado é lo que dices Pepe. Si se quer ir a algún sito hai que mirarse nel pasaso. Temos que saber quen somos pra saber a onde vamos, i sobre todo pra decidir a onde queremos ir.

    Tempos tristes neste occidente de Asturias, nos que nosoutros, os protagonistas, nada tuvemos ou soubemos decir.

    Sátrapas e liberales manexando datos marcroeconómicos determinarón por que autopista debía circular el noso futuro... e todo foi un engaño; quedámonos sin autopistas i sin futuro.

    Ideólogos sin ideoloxía marcaron que el noso porvir sería el del progreso, a modernidá, e que pra eso era neceario deixar nel camín a nosa historia,os nosos oficios, os saberes dos que caminaron antes de que nosoutros camináramos, os nosos valores que viven no máis profundo i que al abandonar implica que nos aculturizamos, deixamos de ser nosoutros mesmos.

    Os nosos recursos parecía non ser garantía de medría e pagamos entregándolos, con un contrato chio de lletra pequena.

    E encima pagamos por lo que nos fixeron e por el noso silencio. Pagamos coa emigración, coel despoblamento, coa destrucción dos nosas reices, coa integración nun mundo consumista nel que nada pintamos, coa copia e plaxio de formas de obstentación, de mercados i feiras, que non son os nosos mercados nin as nosas feiras.

    Pagamos sentíndonos paletos, nosoutros os que partíamos da situación ventaxosa del noso contacto coa naturaleza.

    Temos que restaurar el noso hórreo, que por ser noso, por ser testigo da nosa histora non é un horreo cualquera.

    E como tú dices, haxa salú, que inda queda muito traballo por fer.

    Quique Roxíos

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