Un carricero alimentando una cría de cuco. |
Una
lectura sobre el cuco me inspiró lo siguiente: este pájaro tiene fama de vago
en la zona rural, claro que esto no es de extrañar, pues en ella todo aquél que
haga algo distinto al trabajo material lo es. Puede ser haragán el que viva de
forma distinta, o su cuenta del banco no esté saneada, por eso no ve el
trabajador que los principales gandules y maleantes son los propios banqueros,
o propietarios de los bancos. Montan un lucrativo negocio para sin dinero ganar
dinero ajeno. Estos sí se parecen al cuco, sólo que el ave no se dedica a la especulación
fiduciaria y pone, al menos, el huevo, aunque siempre en nido ajeno. El
banquero posee el nido y su contenido. El huevo… que le pregunten a los de las
hipotecas quién lo puso.
En
cierta ocasión que, como siempre en la zona rural, protagoniza el campesino, uno
de ellos fue a pedir ayuda a un cuco. Se
trataba de segar las mieses; labor que hay que llevar a cabo en el momento en
que el sol calienta.
El
cuco, ante tal petición, le dijo:
-Si está nublado no puedo. Si calienta el sol,
cucar. Así que si llueve, a tu finca iré a ayudar
El
banquero es peor: te presta el paraguas si hace sol y te lo quita si llueve.
El
cuco come gusanos. Los clientes de la entidad bancaria se deben tragar los
fraudes que originan aquellos gusanos que no viven el campo y lo explotan.
Moraleja:
Cucú, cucú, cucú
Haxa salú
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