Imagen: www.ellitoral.com |
Un amigo muy cabreado, me dijo que no, que no, que no hay
derecho a lo que están haciendo con él.
Resulta que hace tiempo le dieron vez para que lo
reconociera un especialista. El especialista parece ser que era un dermatólogo.
Pero esto fue hace tantos meses que ya ni se acuerda de su nombre. Lo que sí
sabe, es que era uno de esos que debían atender su prurito que le hacia
rascarse con auténtica vesania. Rascaba y rascaba hasta que casi se hacía
sangre. El médico de cabecera le recetaba cremas con corticoides (placebos) que
de tanto usarlas hasta sus manos acusaban el efecto: ¡le caía a piel como a
bicho sarnoso! Visto que cambiaba de piel, y como el cambio de piel es natural,
empezó a usar una crema que tenía su esposa. Era un bote grande, pero hasta que
lo acabó no dejó de usarlo. ¡Había que comprar otro!, pero claro, la cosmética
de mujeres es muy cara, así que comenzó a alternar seis u ocho productos de las
grandes empresas farmacéuticas, con el uso de una nívea crema que no curaba
pero aliviaba como los otros. Gasto 7 más, que miren que casualidad, era Nivea.
Sin embargo, ¡¡él estaba negro!!...para que luego digan que no hay nada que
rascar con las esperas!!
No sé cómo se encuentra, pero sus fosas nasales, de vez en
cuando, ¡echan fuego! y le están empezando a salir escamas!! Dijo que no iba a
ese dermatólogo después de meses de espera, porque con esas llamaradas de dragón,
igual inflamaba la consulta.
Su metamorfosis no le preocupa, pues aunque la vida que le
queda la pase como un reptante animal mitológico con alas que puede volar, de
andar arrastrándose ¡nadie lo salvará!
Dijo que, aunque el año que viene sea bisiesto, no irá el día
29 de febrero a la que consulta que le tienen programada. ¡Antes se pondrá
sanguijuelas!
Haxa salú!
No hay comentarios:
Publicar un comentario