Esta
carta se publicó en la Nueva España
en 2007. En ella, la
Consejera de Cultura era tratada con cierto tacto y no como
se merecía.
Ahora,
después de varios años, y viendo que el cacique que por aquel entonces la
apoyaba, está empecinado en destruir lo logrado por otros (que no se meten
con él), volvamos a releer la misiva.
Fotografía: www.castrosdeasturias.com |
FORXA DE
FERREIRO
“Carta abierta a la Consejera de Cultura,
Comunicación Social y Turismo”
José Mª Naveiras Escanlar
Sra.
Consejera, Dña Ana Rosa Migoya:
Trataré
de ser cortés por los principios que me han sido inculcados, y por ser éste un
medio de comunicación público en el que no deben figurar amonestaciones malsonantes que, como ciudadano o aldeano que soy, podía incurrir. De todas
maneras, se merece mi reprobación en muchos aspectos del desarrollo de las
funciones de su cargo; pero no se preocupe, no es aquí donde quedará constancia
El
día 28 de abril se personó Usted en el concejo de Grandas para, como ya es
costumbre en los empleos que desempeñan, proceder a inaugurar el Centro de
Interpretación del Castro del Chao de Samartín. Lógicamente, desde hace tiempo
y hasta el 26 de mayo, tendrá ocupado el mismo en solemnes actos dirigidos a la
hipnosis sugestiva de las masas. Prefiero denominarlo así que decirle que el
cinismo les permite convertir obligaciones en logros personales, que venden
como auténticos charlatanes de feria.
Su nula deferencia hacia la verdad
muestra su talla moral y ética. Por razones de su cargo tergiversar la realidad
hará que la historia la juzgue como
persona mediocre y ruin, que sólo está en función de las conveniencias de su
partido. Pero al fin y al cabo eso poco importa en una larga lista de gentes
como Usted, que ni por deontología respetan la verdad.
Vayamos a los hechos que dan lugar a esta
agria protesta:
Primero: si Usted desea quedar bien con
los vecinos de Grandas de Salime, para
vender el favor y mendigar el sufragio, le diré que se cuentan con los dedos de una mano, aquéllos que desde un
principio, (hace ahora treinta años) demostraron algún interés por ese Castro.
Segundo: el Chao de Samartín, en Castro,
vio la luz (se exhumaron los restos de
una vivienda), gracias a que Don Manuel Barcia Monteserín y sus hermanas,
permitieron hacer una cata en su finca; finca que quedó inservible durante
muchos años y al final la compró el Ayuntamiento, siendo alcalde Dn. José
Cachafeiro Valladares, y que otros ahora aprovechan su buen hacer.
La
familia Barcia se merecía una nominación especial respecto a ese Centro,
que Usted inauguró, y que ignoró en su discurso; pues mientras ellos sufrieron
la vejación y risas de sus vecinos por haber permitido aquella agresión en su
propiedad, éstos después se beneficiaron de aquel afortunado descubrimiento.
Claro que el cinismo o ignorancia aldeana se puede justificar; sin embargo, su
hipócrita conducta no; porque aquéllos que representan un organismo público
deben conocer y constatar los hechos.
Tercero: durante las distintas
legislaturas hubo casos en que la
Consejería de Cultura se inhibió de la responsabilidad de las
excavaciones, poniendo en peligro éstas; y aunque Usted no sea responsable de
aquellos hechos, le resulta fácil, a la postre, colgarse medallas.
Cuarto: cuando se gasta dinero público en
un proyecto, no se puede vender éste como éxito personal. Y más sabiendo que el
mismo había sido propuesto siete años antes, a su anterior homólogo en el
cargo, que hizo caso omiso porque el alcalde no era de su cuerda, y el
sectarismo se impone a la razón y a la objetividad. Algo parecido a lo que
ocurre con otro tema, que en Grandas no se le atiende, posiblemente porque se
sube a las barbas, el que no comulga con ruedas de molino.
De todos modos, Sra. Consejera, que
lástima que sus actuaciones no estén motivadas por el sentido de la justicia y
en bien de la cultura, y que en ellos, sólo prime la malicia o su adocenado
comportamiento.
Sí deseo, para terminar, felicitarla por
ese Centro de Interpretación, largos años esperado y merecido. Dar las gracias
a todos esos abnegados arqueólogos, que pusieron su trabajo e ilusión en un
proyecto, que gracias a su esfuerzo se hizo realidad.
Haxa
salú
En Grandas de Salime, a 29 de abril de 2007
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