viernes, 30 de enero de 2015

Depués de 7 años...



Esta carta se publicó en la Nueva España en 2007. En ella, la Consejera de Cultura era tratada con cierto tacto y no como se merecía.

Ahora, después de varios años, y viendo que el cacique que por aquel entonces la apoyaba, está empecinado en destruir lo logrado por otros (que no se meten con él), volvamos a releer la misiva.


Fotografía: www.castrosdeasturias.com

 

 FORXA DE FERREIRO
“Carta abierta a la Consejera de Cultura,
Comunicación Social y Turismo”

José Mª Naveiras Escanlar

 

 

 


            Sra. Consejera, Dña Ana Rosa Migoya:
                                   Trataré de ser cortés por los principios que me han sido inculcados, y por ser éste un medio de comunicación público en el que no deben figurar amonestaciones malsonantes que, como ciudadano o aldeano que soy, podía incurrir. De todas maneras, se merece mi reprobación en muchos aspectos del desarrollo de las funciones de su cargo; pero no se preocupe, no es aquí donde quedará constancia
            El día 28 de abril se personó Usted en el concejo de Grandas para, como ya es costumbre en los empleos que desempeñan, proceder a inaugurar el Centro de Interpretación del Castro del Chao de Samartín. Lógicamente, desde hace tiempo y hasta el 26 de mayo, tendrá ocupado el mismo en solemnes actos dirigidos a la hipnosis sugestiva de las masas. Prefiero denominarlo así que decirle que el cinismo les permite convertir obligaciones en logros personales, que venden como auténticos charlatanes de feria.
Su nula deferencia hacia la verdad muestra su talla moral y ética. Por razones de su cargo tergiversar la realidad  hará que la historia la juzgue como persona mediocre y ruin, que sólo está en función de las conveniencias de su partido. Pero al fin y al cabo eso poco importa en una larga lista de gentes como Usted, que ni por deontología respetan la verdad.
Vayamos a los hechos que dan lugar a esta agria protesta:
Primero: si Usted desea quedar bien con los vecinos de Grandas  de Salime, para vender el favor y mendigar el sufragio, le diré que se cuentan con los  dedos de una mano, aquéllos que desde un principio, (hace ahora treinta años) demostraron algún interés por ese Castro.
Segundo: el Chao de Samartín, en Castro, vio la luz  (se exhumaron los restos de una vivienda), gracias a que Don Manuel Barcia Monteserín y sus hermanas, permitieron hacer una cata en su finca; finca que quedó inservible durante muchos años y al final la compró el Ayuntamiento, siendo alcalde Dn. José Cachafeiro Valladares, y que otros ahora aprovechan su buen hacer.
La  familia Barcia se merecía una nominación especial respecto a ese Centro, que Usted inauguró, y que ignoró en su discurso; pues mientras ellos sufrieron la vejación y risas de sus vecinos por haber permitido aquella agresión en su propiedad, éstos después se beneficiaron de aquel afortunado descubrimiento. Claro que el cinismo o ignorancia aldeana se puede justificar; sin embargo, su hipócrita conducta no; porque aquéllos que representan un organismo público deben conocer y constatar los hechos.
Tercero: durante las distintas legislaturas hubo casos en que la Consejería de Cultura se inhibió de la responsabilidad de las excavaciones, poniendo en peligro éstas; y aunque Usted no sea responsable de aquellos hechos, le resulta fácil, a la postre, colgarse medallas.
Cuarto: cuando se gasta dinero público en un proyecto, no se puede vender éste como éxito personal. Y más sabiendo que el mismo había sido propuesto siete años antes, a su anterior homólogo en el cargo, que hizo caso omiso porque el alcalde no era de su cuerda, y el sectarismo se impone a la razón y a la objetividad. Algo parecido a lo que ocurre con otro tema, que en Grandas no se le atiende, posiblemente porque se sube a las barbas, el que no comulga con ruedas de molino.
De todos modos, Sra. Consejera, que lástima que sus actuaciones no estén motivadas por el sentido de la justicia y en bien de la cultura, y que en ellos, sólo prime la malicia o su adocenado comportamiento.
Sí deseo, para terminar, felicitarla por ese Centro de Interpretación, largos años esperado y merecido. Dar las gracias a todos esos abnegados arqueólogos, que pusieron su trabajo e ilusión en un proyecto, que gracias a su esfuerzo se hizo realidad.
Haxa salú
En Grandas de Salime, a 29 de abril de 2007
                


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