Decía que hay alguna capilla
donde la rosa de los vientos, no tiene puntas suficientes para señalar éstos.
¡Qué frío! ¡Pero qué frío en alguno de estos lugares! ¡Y dentro! Dentro no hay
quién se meta. Dentro las ovejas se sienten demasiado juntas, creo.
Había una vez un mozo soltero,
que sus padres acordaron casar (¿¡quién llamaría casar cosas tan dispares!?) El
caso es que a este gañán, el día de su boda, (el día no, la noche), le da por
dar voces llamando a la madre.
¡Hay cada gusto más raro! Claro……que,
a lo mejor él no había tenido el extraño “gusto” hasta aquel momento.
Pero ¡¿No me digan que no es
raro?! Yo lo conocí, lo conocí. Sí, sí….no era de muy lejos…..de Grandas,
¡hombre!.
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