Esto de la cruz me hizo recordar
otro lugar. ¡Pero no un sitio cualquiera! ¡Qué va! Era el cristo, el Cristo de
las Cadenas nada menos. ¡Menudo apuro! ¡El mozo, sí, sí! no fue, no un mero
observador sino protagonista.
Creo que también se llama el
cuerpo del delito o la coartada; o la res que sola va al matadero. Allí
estuvo más de hora y media como un cordero al que van a degollar. Espera que
espera. ¡Y no marchó! ¡Qué disculpa la de la otra parte! (aunque nunca lo hizo delante de él):
-Vaya home, ¡no sería
tanto!
Y dentro de la iglesia…….¡Hay que
ver aquel descomunal Cristo, cargado con aquellas enormes cadenas! Y él lo
miraba…..con lástima…¡Menuda risa le daría para sus adentros! ¡El encadenado
era él! ¡Menos mal que lo cuenta!
Y el Cristo aguantando aquellas
nupcias y al clérigo, con su forma de captar limosnas. Bueno, pues eso, hubo
desposorio y casamiento, aunque la verdad es un decir, porque casar…casar, no
es que casasen mucho.
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