Asistí, invitado a ese Congreso que tuvo lugar en la villa de Salas, e incluso participé en una de sus mesas redondas. Es curioso que mis conclusiones no coincidan con lo expuesto por alguno de los ponentes, y salga siempre a la superficie, mi lado negativo. Trato de evitarlo pero al final, triunfa el botarate que llevo en mi interior. De todas maneras, ¿Qué ocurre para que veamos con indiferencia el despoblamiento, envejecimiento y abulia del deshabitado medio rural? ¿Es posible que sea yo el equivocado? ¿Qué esto tenga solución? Lo dudo; pero a lo mejor es factible. De todas maneras, en ese Congreso, no vi un solo actor de esa realidad rural. Allí estábamos los teóricos (unos más que otros) que para paliar ese despoblamiento del campo usamos, como los políticos, la demagogia. Menos mal que al hallarse ausente la masa campesina, ignora que nos aprovechamos de su pasividad. El caso es que en treinta años se acabó con el campo. “Entre todos la matamos y ella sola se murió”
Al hablar con un célebre economista, le expuse mi razonamiento sobre la falta de aquellos productos naturales que en el campo antes se producían; me contestó que gracias a ese cambio en los medios de producción se había mitigado mucha hambre en el mundo. Es cierto, pero yo sigo echando en falta aquellos ecológicos frutos de la tierra, que daban lugar a una variada gastronomía. También dijo después algo que se contradecía: “la necesidad de conservar el campo”. Además no dejo de preguntarme si con los productos no dejaran de existir también esos actores y el campo será lo que creo pretenden algunos: “espacio natural de alto valor cinegético”. Y como si nosotros actuáramos a espaldas de la realidad, encubriendo a los protagonistas de tal atropello. Tropelía y afrenta a esas formas de vida, que deja en uno esa sensación de mala conciencia.
Seguimos: El día 22 de este seco octubre, tengo pensado asistir a otra ponencia de cierto exconsejero de Agricultura que tendrá su actuación en el RIDEA, en el Foro de Debate sobre el “Futuro” del Medio Rural en Asturias, que tuvo a bien titular: “Agricultura y Espacio Rural en Asturias”.
De momento nada puedo opinar de lo que pueda decir alguien sobre el patológico estado del enfermo; aunque éste yo lo vea agónico. Mortus et nun rebuxes (latín grandalés de dice: muerto está, pues no se mueve).
Si no fueran los reproches que se me hacen por extenso seguiría. Y sigo y digo: Bien por “La Escultura en Norte”, de esa bienal de Salas.
¿Leer no es malo? ¿No tiene efectos secundarios para la salud? ¿Entonces la intoxicación de que proviene?
Haxa salú
Al hablar con un célebre economista, le expuse mi razonamiento sobre la falta de aquellos productos naturales que en el campo antes se producían; me contestó que gracias a ese cambio en los medios de producción se había mitigado mucha hambre en el mundo. Es cierto, pero yo sigo echando en falta aquellos ecológicos frutos de la tierra, que daban lugar a una variada gastronomía. También dijo después algo que se contradecía: “la necesidad de conservar el campo”. Además no dejo de preguntarme si con los productos no dejaran de existir también esos actores y el campo será lo que creo pretenden algunos: “espacio natural de alto valor cinegético”. Y como si nosotros actuáramos a espaldas de la realidad, encubriendo a los protagonistas de tal atropello. Tropelía y afrenta a esas formas de vida, que deja en uno esa sensación de mala conciencia.
ANOTACIÓN MARGINAL
En una de las crónicas que colgué en este cainzo, dije que quedaban deslegitimizados para opinar sobre este tema, todos aquéllos que desempeñaron un cargo público; en ese caso si éste está ligado a la Consejería de Agricultura. Pues véanlo Vs. Ms.: nos dice un alcalde, (campesino para más agravio), que lleva treinta años en el cargo y cuatro de estos los pasó como Director del Instituto de Desarrollo Rural (¿…?) o Director General de agricultura: “Si no se frena el abandono del campo, habrá una incidencia negativa en el turismo” (¡sin palabras!).Seguimos: El día 22 de este seco octubre, tengo pensado asistir a otra ponencia de cierto exconsejero de Agricultura que tendrá su actuación en el RIDEA, en el Foro de Debate sobre el “Futuro” del Medio Rural en Asturias, que tuvo a bien titular: “Agricultura y Espacio Rural en Asturias”.
De momento nada puedo opinar de lo que pueda decir alguien sobre el patológico estado del enfermo; aunque éste yo lo vea agónico. Mortus et nun rebuxes (latín grandalés de dice: muerto está, pues no se mueve).
Si no fueran los reproches que se me hacen por extenso seguiría. Y sigo y digo: Bien por “La Escultura en Norte”, de esa bienal de Salas.
¿Leer no es malo? ¿No tiene efectos secundarios para la salud? ¿Entonces la intoxicación de que proviene?
Haxa salú
El despoblamiento del medio rural no es algo exclusivo de Asturias, ni siquiera de España. Es un tendencia generalizada en las postrimerías del s. XX que continúa al alza en el XXI. Las causas podrán ser muchas y variadas pero hay una de fondo que se impone a las demás y que nunca se analiza en ningún foro: la gente no quiere vivir en el medio rural. Y no porque no tengan servicios, alguno de los cuales no han usado ni usarán en la vida, (cine, teatros, museos...), sino porque la tendencia, la moda, lo "in" es agruparse en grandes urbes cargadas de anonimato.
ResponderEliminarDesde los medios de comunicación se nos muestra, un día si y otro también, que para ser moderno, estar a la última y disfrutar del estado del bienestar con todos sus adminículos hay que devenir en urbanita, algo que nada tiene que ver con el modelo de desarrollo de infraestructuras y medios, y sí con un modelo de desarrollo social basado en un espejismo.
El triunfo, el éxito, el reconocimiento social para el común de los mortales pasa por una serie de "nuevos valores" y uno de ellos es, precisamente, ser un ciudadano capitalino.
Contrarrestar esta tendencia se me antoja tarea imposible; no se puede luchar contra hordas de gentes que abandonan sus hogares para buscarse la vida en un lugar donde creen que serán más felices.
Si a este deseo ferviente de escapar le sumamos todos esos factores que , a buen seguro, se analizaron el Salas, lo milagroso es que aún quedemos algunos viviendo en el campo.